Los vigueses ponen a prueba su mejoría ante un Barcelona que se marchó sin ganar en Balaídos en sus últimas cinco visitas pero que intimidó en su estreno
01 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Balaídos se ha convertido en el campo más inasequible para el Barcelona en los últimos tiempos. Desde el 2015 no gana el conjunto azulgrana en el feudo del Celta pese a los dos años duros que acaban de pasar los vigueses. Tres victorias locales y dos empates como precedente invitan a pensar que dilatar la racha es posible aunque los de Ronald Koeman comenzasen la temporada al galope con una goleada que ha dado tranquilidad el entrenador holandés después de un verano muy movido en el Camp Nou.
El partido medirá a dos equipos con la misma idea balompédica pero en plena reconversión táctica. El Barça se ha pasado al 4-2-3-1 para ganar consistencia con un doble pivote y en donde Messi sea el espíritu libre de un ataque en el que brilla Ansu Fati, al menos en la primera jornada. El astro argentino, que no marcó en el campo vigués en las últimas cinco visitas, volvió a la liga triste por tener que quedarse y por perder a Luis Suárez, pero el miércoles pasó página con una disculpa y esta noche será una seria amenaza para el conjunto vigués.
El Celta, invicto después de tres partidos con cinco puntos que descontar en su camino hacia la tranquilidad, también se ha decantado por el mismo sistema alternativo para hacerse fuerte, pero el curso pasado, con Óscar García en el banquillo (debutó en el feudo catalán), la apuesta fue una línea de tres centrales en un 5-3-2, una idea que en absoluto puede descartarse para esta noche aunque por el momento el técnico no ha llegado a ponerla en práctica de inicio.
En una semana de tres partidos y de máxima exigencia, todo apunta a que habrá algún cambio de nombres en la formación inicial. Tapia necesita un escudero al lado para neutralizar el juego de Busquets y De Jong, y Okay se perfila como el elegido, mientras que en la banda derecha, por donde más intimida al Barcelona, Brais Méndez puede aportar una dosis extra de trabajo defensivo. Ambas situaciones relegarían a Beltrán y Denis Suárez al banquillo, pero todo dependerá en gran medida del plan de partido de Óscar García.
Si el de Sabadell apuesta por la presión alta y por buscar al rival, puede mantener la misma formación con jugadores más dinámicos, pero si se cubre en defensa y repliega el bloque hasta el centro del campo, entonces debería apostar por futbolistas con un perfil más defensivo.
A diferencia de Valladolid, el partido de hoy no es una reválida, pero sí una gran oportunidad para afianzarse. Un buen resultado ante el Barcelona confirmaría que este Celta ha dado un paso adelante y a falta de cerrar la plantilla tiene argumentos para aspirar a un año tranquilo. Pero mantener la tradición ante un rival de tanto tronío es una situación que cada año se complica más.