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La planificación del Celta deja por norma más de 30 millones en compras en la suplencia, cifra que se dispara hasta los 46,6 de media en valor de mercado
05 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La lógica invita a pensar que un equipo que lucha por la permanencia, y que no puede permitirse dispendios económicos, invierte en aquellos jugadores que suban el nivel de la plantilla y le den un salto de calidad. Sin embargo, la planificación realizada desde la cúpula deportiva del Celta en los últimos años queda al descubierto revisando los millones que jornada tras jornada forman parte del banquillo. Tomando solo como referencia la campaña actual, los vigueses tienen una media de 35,4 millones en compras en el banquillo, cifra que se dispara hasta los 46,6 si se toma como dato el valor de mercado actual. Demasiado dinero parado, y no a plazo fijo, precisamente.
El salto de calidad que necesitaba el Celta para intentar despegarse de la zona roja no se ha producido en ninguno de los últimos mercados y los números indican que la mayoría de las últimas operaciones han sido erróneas. Tomando como referencia el epígrafe de las compras en lo que va de temporada, el fondo de armario del Celta no ha bajado de 29,5 millones en ningún partido. Esa cantidad, la menor hasta el momento, se dio en la última salida ante el Levante y sin embargo los cambios no provocaron un vuelco en el signo del partido, una situación que se repite en la totalidad de las ocho jornadas disputadas hasta el momento.
Ni el día que Óscar García dejó a 43 millones en el banquillo cambió el panorama con la paulatina entrada de algunos de ellos. Fue en la visita a El Sadar ante un Osasuna que, con muchos menos recursos económicos, explota mucho mejor sus virtudes.
El escenario todavía se agrava si el concepto elegido es el valor de mercado (atendiendo a las cantidades asignadas por el portal especializado tranfermartk). En el partido ante el Barcelona, el valor de los suplentes del Celta alcanzaba los 59,1 millones de euros, siendo el partido ante el Atlético de Madrid, también en Balaídos, el polo opuesto con 35,5. Tampoco en ninguno de los dos casos los cambios arreglaron el panorama, aunque la imagen del conjunto vigués no fue mala en ninguno de los dos envites (especialmente, ante los colchoneros).
La mayor oscilación en el banquillo entre el precio de compra y el valor de mercado se dio en el Celta-Barcelona. Por desembolso, el conjunto vigués se dejó 38,5 millones en la zona acotada de la grada, pero por tasación la cifra se fue hasta los 59,1. Por el contrario, los números más parecidos entre los dos conceptos se dieron en el Celta-Atlético: 31,5 y 35,5 respectivamente.
Esta oscilación viene dada en gran medida por la diferencia entre el precio pagado en su día por el Celta con los fichajes y su valor actual, pero también, y especialmente, por la asignación de un valor a los canteranos, que salvo el caso de Santi Mina y Denis Suárez no provocaron ningún desembolso (Aspas no ha pisado el banquillo y por lo tanto no entra en esta ecuación).
La principal diferencia, entre los jugadores comprados, se da con Emre Mor, por el que pagó el Celta en su día 13 millones de euros y en la actualidad está pasado tan solo en un millón. El caso contrario sucede con Fran Beltrán, que costó ocho millones y para el portal especializado vale 14. Por Denis los vigueses pagaron casi 13 millones al Barcelona y se ha devaluado en tres millones según el mismo escaparate.
Entre los canteranos, la principal diferencia aparece cuando Brais Méndez forma parte del banquillo, ya que su valor es de 11 millones de euros (el coste cuando regresó del Villarreal fue 0).