Exprimir a Denis y desatar a Iago

GRADA DE RÍO

RC CELTA

Coudet exhibió hasta cuatro variaciones tácticas en Bilbao con solo doce futbolistas

08 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta cuatro variantes, con sus pequeños matices, en el mismo partido. El Celta se plantó de salida en San Mamés con el 4-1-3-2 habitual del técnico. Coudet reservó para Denis Suárez el papel de catalizador. Más acostumbrado desde que volvió a Vigo a posicionarse en banda como interior, el argentino lo ha devuelto a la zona ancha y pivota sobre su recorrido el auxilio en la recuperación y la salida de balón.

Que Denis haya sido el futbolista con más kilómetros y más pases completados en Bilbao no es casualidad. Su disposición hizo variar permanentemente el dibujo desde el inicio del choque. Cuando Rubén sacaba de puerta, el de Salceda retrasaba su posición, a la par de Tapia, para pintar un clásico 4-4-2. Murillo y Araujo eran los encargados de conducir el balón jugado hacia dominios del peruano y Denis se prestaba como colaborador necesario para iniciar el despliegue ofensivo.

Un movimiento similar sucedía cada vez que la presión en ataque no surtía efecto. Coudet dispuso que la acción transcurriese en el entorno de la pelota. Desde que Unai Simón tocaba en corto para su pareja de centrales o sus laterales, los celestes más próximos a la acción debían iniciar la presión -así recuperó Brais ya en el segundo tiempo el balón que serviría a Iago para anotar el 0-2- y del mismo modo debían activarse tras pérdida. Si esa presión inicial no ofrecía resultado, Denis volvía a recular para articularse junto a Tapia. El Celta osciló entre ambas variantes hasta el descanso.

Aspas da un paso atrás

Con el inicio del segundo tiempo, Coudet volvió a sacudir la libreta. Mantuvo el nivel de exigencia táctico sobre Denis y descabalgó a Iago de las inmediaciones de Mina para nutrir una línea justo por detrás. Cuando el Celta tenía el balón se asentaba en un dibujo más parecido al 4-1-4-1, añadiéndole incluso una variante más aprovechando la versatilidad del moañés. Aspas se movió de dentro a banda, orientado al perfil diestro, y de banda a dentro, alternando con Brais que pasó a acompañar a Denis en posiciones más centradas. Con este juego de variaciones, el Celta selló el gol de Hugo Mallo que lo ponía por delante en el luminoso.

Entra el tercer central

Con el marcador en desventaja, Garitano movió ficha. Retiró del césped a Unai Vencedor y a Asier Villalibre para dar cabida a Unai López y a Raúl García. Apenas ocho minutos tardó Coudet en contrarrestarlo con un nuevo cambio táctico para abastecer la retaguardia. Nolito dejó su plaza a Aidoo y el Celta pasó a disponerse en el campo con un reconocible 5-4-1.

La incorporación del tercer central no lo condenó al cerrojazo. Ya con el internacional ghanés sobre el césped, un balón mal ejecutado en corto con la mano por Unai Simón sobre Ander Capa, en la salida del Athletic, fue interceptado por Brais Méndez como germen para el 0-2. Aspas, que venía alimentando su condición de asistente -como ya hiciera en el compromiso previo ante el Granada- volvía a ver puerta.

Un cambio hasta la campana

La entrada de Aidoo, en el minuto 71, fue el único cambio que Coudet introdujo para intentar modificar el curso del partido. Beltrán, a dos minutos de cumplirse el reglamentario, y Baeza, ya en tiempo añadido, llegaron al campo de forma testimonial. Coudet, que repitió once por tercera vez con la excepción de Aidoo relegado al banquillo tras su lesión muscular en el Pizjuán, diseñó sus cuatro variantes tácticas con solo doce futbolistas.

Brais y Nolito asumen más carga defensiva y los laterales mayor profundidad

El Celta de Coudet también ha dejado en Bilbao su sello en el juego exterior. Los bagajes defensivos de Nolito, y sobre todo de Brais Méndez, fueron decisivos para otorgarle al equipo equilibrio. Sus apoyos a sus respectivos laterales fueron continuos y del mismo modo a Tapia y a Denis Suárez cuando, durante todo el primer tiempo, el juego pivotaba entre el 4-1-3-2 y el 4-4-2. Al gaditano se le atisba margen de mejora en su producción ofensiva pero en Bilbao la compensó con ayudas continuas. La mejora de prestaciones de Brais en los últimos partidos es evidente. El Celta dejó su portería a cero tras diez partidos consecutivos encajando gol.

Del mismo modo, el técnico alternó las prolongaciones ofensivas de Olaza -más exigido por Williams- y sobre todo de Hugo Mallo por sus respectivos carriles. De una de ellas se aprovechó el Celta para certificar el primer gol, cuando el lateral de Marín remató junto al poste la peinada de Santi Mina, que había recibido un centro de Denis Suárez.