Dani Abalo: «Lo mejor de estar sin equipo es poder ir a Balaídos cada fin de semana»

m. v. f. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

CAPOTILLO

Pese a la espina de no haber podido triunfar en el Celta, está feliz con una carrera a la que medita poner fin

20 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El canterano céltico Dani Abalo (Vilagarcía, 1987) se encuentra actualmente sin equipo tras finalizar su etapa en el Racing de Ferrol. Tenía claro que no iba a escuchar ofertas de fuera y, al no llegar ninguna cerca de casa que colmara sus expectativas, ha optado por esperar al próximo mercado. Si sigue sin aparecer nada que le convenza, se retirará orgulloso de su carrera, pero con la espina de no haber podido triunfar en un Celta al que nunca pierde de vista y al que ahora vuelve a ver en directo en Balaídos al no tener partidos propios que disputar.

-Hace meses que finalizó su paso por el Racing de Ferrol. ¿Cuál es su situación ahora mismo?

-Estoy sin equipo y no sé si seguiré jugando. Esperaré a ver qué pasa en el próximo mercado y si no encuentro nada que me guste, lo dejaré o iré a categorías más bajas para seguir disfrutando del fútbol en modo de divertirme y pasarlo bien.

-Así que la motivación y las ganas siguen estando.

-Sí, pero solo quiero jugar aquí, cerca de casa. Estoy cansado de estar fuera y eso fue lo que hizo que no consiguiera equipo. Tuve ofertas y proposiciones del extranjero, pero no me apetecía salir y preferí quedarme aquí sin jugar antes que moverme. Tenía claro que no iba a estudiar ninguna opción que no fuera de desplazarme cerquita con el coche. Estuve lejos casi toda mi carrera y, ya de varios años hacia aquí, siempre tuve oportunidades para salir fuera, pero estaba descartado.

-La situación de estar sin equipo es complicada para todo jugador, pero en su caso lo será menos al haberlo elegido de ese modo.

-Sí. Está claro que cuando prácticamente es por decisión propia, cuesta menos. Realmente, si de verdad tuviera esas ganas, me hubiera ido fuera de Galicia, pero al no sentir esa necesidad, decidí esperar a ver qué pasa.

-¿Lo echa de menos en su día a día?

-Sí, porque es lo que llevo haciendo muchos años, con una rutina diaria. Lo máximo que había estado sin equipo fue un verano que me quedé sin contrato y me fui a Polonia a principios de septiembre, asi que fueron sobre dos meses y medio. Ahora es más complicado, pero pensé que lo iba a llevar peor. Estoy más en casa, con la familia y los amigos, entreno por mi cuenta, practico pádel y todo eso hace que te olvides un poco. Cuando llega el fin de semana y ves a tus excompañeros o exequipos jugar, te entra un poco el gusanillo, pero nada más. Además, poder ir ahora a Balaídos cada fin de semana es lo mejor de estar sin equipo.

Abalo, en una imagen reciente en Balaídos
Abalo, en una imagen reciente en Balaídos

-¿Qué balance hace de todos estos años de carrera?

-Viví cosas muy bonitas: conseguí ganar títulos, jugar competiciones europeas, hacer goles en todas as competiciones que jugué tanto europeas como ligas extranjeras... Son momentos inolvidables, pero siempre me quedará la espina de no haber jugado más en España, de no haber conseguido jugar en Primera o hacerme fijo en Segunda. Es una espina clavada no conseguir lo que piensas que podrías haber conseguido.

-Dentro de esa espina estará no haber triunfado en el Celta.

-Está claro. Lo que más daño me hizo fue tener que marcharme de allí. Fue lo que me llevó a tomar la decisiónd de salir fuera, porque para mí, si no era en el Celta, no tenía sentido en ese momento jugar en España. Por eso en vez de salir cedido como la primera vez -al Nástic-, decidí irme a Portugal a probar en otras ligas. Eso me salió bien y estoy contento con la carrera que hice, pero siempre está esa espinita de no haber triunfado en el equipo que quería.

-¿Qué cree que faltó o falló para poder cumplir ese sueño en Vigo?

-Tuve un inicio muy bueno, pero luego veía que la mayoría iban avanzando mientras yo me estacaba. Me tocó lidiar con un entrenador que me hizo perder la confianza en mí mismo. Ver que me salía todo bien con los entrenadores que había tenido antes de Paco Herrera, que era una pieza clave en el Celta, y que llega un entrenador nuevo que quiso cambiar mi forma de jugar y mi estilo... No le parecía bien o no le gustaba mi forma de jugar y, a partir de ahí, se frustró todo y tuve que buscarme la vida fuera.

Abalo y Aspas, recibiendo instrucciones de Paco Herrera
Abalo y Aspas, recibiendo instrucciones de Paco Herrera Oscar Vazquez

-¿Cómo recuerda su debut en Primera?

-Es el recuerdo más bonito junto con el día que debuto en Balaídos. Era el equipo donde siempre soñé jugar y para mí todo ese tiempo, mi primera etapa en el Celta, fue muy bonito.

-Luego vinieron momentos como marcar en Champions que serán difíciles de superar.

-Sí, pero siempre diré que me quedo con todos los momentos vividos en el Celta. Luego, evidentemente, están momentos como ese gol en Anfield, pero no cambio eso por todos los vividos en el Celta, los buenos y los malos.

-Pasó por varios países, ¿cómo fueron esas experiencias?

-Empecé en Portugal comodísimo, disfruté mucho del fútbol, me fue bien y eso hizo que me firmara el Ludogorets. Esa etapa en Bulgaria puede ser la más conocida, donde mejor estuve a nivel de números, que es lo que más se mira. Me valió para firmar en Turquía, que es mi peor etapa fuera. Me coincide con el conflicto allí y con todo cerrado, no se podía salir del país, con los compañeros no era fácil, la vida allí fue complicada, mucho más difícil que en los países que había estado antes. Por eso me volví a los seis meses. En el Alavés fue una etapa bonita, con el ascenso a Primera y luego ya la etapa mala en Polonia, con tres o cuatro lesiones en una temporada, que es algo que nunca me había pasado. Y ya quise volver a España, a la categoría que fuera, porque fue una etapa muy dura a nivel de cabeza y estando lejos se lleva peor.

-¿Se arrepintió de alguna decisión?

-De la de irme a Turquía. También fue un aprendizaje, pero si hubiera tenido un pelín más de paciencia en vez e irme allí porque fue lo que me trajeron cuando parecía que no iba a salir nada, creo que hubiera aparecido algo en un país donde hubiera disfrutado más.

-Luego, con el Cartagena, le tocó enfrentarse al Celta B. ¿Cómo lo recuerda?

-Era especial volver a Barreiro, jugar contra el Celta y, sobre todo, la ovación cuando salgo del terreno de juego es algo que se agradece. Siempre fue una afición que me tuvo mucho cariño a pesar de que mi última etapa con Paco Herrera no fue buena, pero saben que pasara lo que pasara, siempre daba todo por ese escudo.

-Aún tiene una peña celtista con su nombre.

-Sí, voy a ver los partidos con ellos y lo paso en grande con amigos y más gente de la peña. Hacemos comidas antes de los partidos, tomamos algo después... Es de agradecer que la peña siga con mi nombre cuando podían ponerle cualquier otro. Estoy muy agradecido. Me apoyaron allí donde fui y es un orgullo para mí tener una peña con mi nombre en mi pueblo. ¡Aparte de que me viene genial para ir con ellos a Balaídos! Tengo carné de Marcador, pero ahora -con las reubicaciones- estamos en Gol.