Jorge Cuesta: «Ahora estoy resentido, pero los años en el Celta no los cambio por nada»

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

El que fue entrenador de la base del club vigués hasta el pasado verano entrena ahora en China

03 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Jorge Cuesta, que caba de emprender una nueva experiencia profesional en China tras dejar de entrenar al Juvenil de Divisiónd de Honor céltico por decisión propia, no oculta que se fue del Celta desmotivado y en desacuerdo con cómo se hacían allí algunas cosas. Pero eso no borra unos años que le han hecho ser el entrenador que es, agradece. Además, valora algunos aspectos del funcionamiento de la cantera céltica.

—¿Qué balance hace de su paso por el Celta?

—Fueron doce años y, aunque te vas un poco quemado, si echo la vista atrás, tengo que pensar que llegué con 24 o 25 años. Apostaron por mí y me han ayudado a desarrollar parte de mi vida y a ser lo que soy hoy en día. Hay que ser justos, hemos pasado buenos momentos, tengo muchos amigos que conocí allí. Los años en el Celta me han hecho ser el entrenador que soy. Por cómo me marché o cómo vi que funcionaba todo, estoy digamos que un poco resentido. Pero es como cuando lo dejas con la novia, con el tiempo lo recuerdas con más cariño. Fueron años bonitos que no cambiaría por nada.

—¿A qué se refiere con que no le gustaba cómo funcionaba?

—A la gestión que se hacía de la cantera o con los jugadores. Había muchas cosas que no me gustaban y ya está, pero tampoco me quiero extender mucho más. Quien tenga que saber lo que pasó, lo sabe, y quien tenga que tomar medidas, que las tome.

—¿Tiene las puertas abiertas de cara al futuro?

—Las heridas se tienen que curar, pero ojalá algún día quieran contar conmigo. No deja de ser mi casa y si se dan las circunstancias que a las dos partes nos convengan, por qué no. A día de hoy, no sería bueno ni para mí ni para ellos.

—¿Qué opina de la polémica de si el Celta B es un equipo formador -palabras de Eduardo Coudet-?

—Me pareció un ataque directo al entrenador del filial que no entendí. Es curioso que diga eso sin preguntarle. Este año, Lauti jugaba más que nunca antes de la lesión, también Gabri, Iker, Carlos... Pampín sigue jugando como en temporadas anteriores. Entiendo que la categoría es más exigente y el club tiene esa política de filial orientado al rendimiento. Ya he dicho más veces que no estoy del todo de acuerdo porque soy más romántico, pero se ha visto que había menos gente de casa y por eso se ha hecho un Celta C para que los juveniles que acaban se puedan formar para intentar llegar al B cuando sean más maduros. Es una solución que yo planteé hace cuatro o cinco años porque veía lo que esaba pasando. Había que haberlo hecho hace tiempo con otras generaciones que han pasado. No me gustan muchas cosas que han pasado en el club, pero estoy de acuerdo con esto.

—¿Confía en que algunos de los jugadores que tuvo en los últimos años lleguen?

—Seguro. Aún hace nada me llamaron Jose (Fontán) y Sergio (Carreira) estando con la sub-21. Ya están en Primera y Segunda. Hay que tener paciencia con estos chicos. Queremos que lleguen a Primera con 18 años y cada jugador tiene su proceso y su maduración, no hay que tener prisa. El año pasado me preguntaban por Gabri y ahora juega todo; Lauti, también, y en una categoría más. Hay que dejar que maduren, que tengan partidos, oportunidades. El que mejore y demuestre cada año, acaba llegando; el que no, a jugar a Primera, Segunda o Tercera RFEF, como ha pasado toda la vida.

 —Así que se acordaron de usted Carreira y Fontán cuando se reencontraron con la sub-21.

—Sí, al final es lo típico que decimos que son las cosas que merecen la pena de esto, pero una vez que te pasa, que se acuerden de ti aunque sea para saludarte y decirte que están juntos y se pensaron en ti... Parece que no, igual es que me estoy haciendo mayor y me gustan más esas cosas, pero reconozco que hace ilusión. Es gente que ya está en Primera o Segunda y que piensen «vamos a llamar a Jorge para que vea que nos acordamos de él» te hace plantearte que algo hiciste bien no solo en el fútbol, sino en lo personal.

—¿Y qué opina de Miguel Rodríguez, que no acaba  de tener continuidad en el B?

—El físico le ha permitido saltar muchas categorías de golpe y lo que le hemos dicho es que tiene que entender un poco más el juego. Tiene talento, físico, definición y una potencia que no tiene nadie a su edad y le permite competir en el día a día, pero el fútbol son 90 minutos y muchas cosas más. Es muy buen niño y hay que dejarle madurar. El entrenador valora toda la semana y la gente que va al campo igual vio un vídeo de una jugada en Instagram y ya lo piden. Ves a Iker el año pasado y este y ahora es mejor jugador y juega más, no creo que sea porque al entrenador le cae mejor, sino porque él juega mejor y hace más cosas. Si Miguel va entendiendo esas cosas, tendrá más minutos y seguirá su evolución.

—¿Puede perjudicar en estos casos haber estado en el foco desde tan pequeños?

—Sí. Al final, entiendo que es un chico especial en el buen sentido: siendo cadete jugaba con nosotros en División de Honor Juvenil y ha habido que cuidarle y mimarle para que se quedara, pero muchas veces, en ese mimo no hemos visto cosas y le hemos limitado. Tengo confianza en que va a dar el paso adelante que todos esperamos. No hay que olvidar que apostó por quedarse cuando otros se marcharon por la décima parte de lo que le ofrecieron a él clubes potentes de Europa. Queremos que triunfe por él, por el gran chico que es y por la fuerza que te da como cantera que alguien que ha hecho esas renuncias llegue al fútbol profesional.