Más mérito que ningún otro

Xosé R. Castro FONDO NORTE

GRADA DE RÍO

Miguel Toña | EFE

La dimensión de la gesta de Iago Aspas necesita una reflexión

19 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Para entender la dimensión de los 14 tantos en siete temporadas consecutivas firmados por Iago Aspas tras su gol del domingo en San Mamés, hay que perder un segundo viendo el escenario en el que se movían el resto de comensales. Mundo, en el fútbol de postguerra y en un equipo ganador, de los grandes de siempre del fútbol español; Pahiño deslumbrando en Vigo y haciendo carrera en el Real Madrid después, y los Villa, Messi, Cristiano y Luis Suárez en equipos que ganaban títulos, con plantillones y que se hinchaban a goleadas.

En el caso del Celta todo es distinto. Porque volvió a casa después de dos años duros en el exterior y lo hizo en un equipo que tocó el cielo en una ocasión (la Europa League) pero que vivió el último lustro demasiado cerca del precipicio. En ese peligroso contexto, el moañés fue un reloj de precisión y siempre aportó sus números más allá del momento colectivo que tuviese el equipo. De hecho, sus goles han sido providenciales para evitar el desastre en los últimos años de penurias.

Porque nadie puede olvidar que mientras Iago marcaba goles para la permanencia, Robert Lewandowski y Mohamed Salah, que le aguantan la comparación en las últimas siete temporadas a nivel continental, buscaban títulos y poco menos que se paseaban por sus respectivas ligas.

Cuando Iago emergió un titular decía: «Aspas, tras los pasos de Pahiño», pero se quedó corto. En el Celta nadie le puede aguantar la comparación a su estandarte, el jugador más determinante de la historia celeste por encima de su idolatrado Mostovoi. Lo mejor para esta generación de celtistas es que han visto jugar a Iago Aspas. Un goleador para la historia sin ser un delantero un uso.