
El extremo catalán, de menos a más, encadena tres titularidades en el 4-4-2
16 feb 2023 . Actualizado a las 20:24 h.La apuesta de Carlos Carvalhal por el esquema de 4-4-2 en los últimos tres partidos del Celta ha llevado aparejada la titularidad de Carles Pérez en esos mismos duelos. El extremo catalán da muestras de consolidación en el once titular, en el que le había costado entrar a lo largo de la temporada, aunque ya contaba con otras tes presencias seguidas, con Eduardo Coudet entre las jornadas 3 y 5, y con el cambio de técnico en medio, entre la 19 y la 21. Ahora, da la sensación de que puede haber llegado para quedarse.
El jugador cedido por la Roma fue uno de las grandes nombres propios del mercado de verano celeste pasado. Sin embargo, aunque solo se quedó sin participar en un encuentro —la victoria frente al Elche, ya con el técnico luso—, su mejor versión ha tardado en aflorar. Y lo ha hecho con el sistema por el que parece haberse decantado Carvalhal y que es el que mejor se adapta a sus características.
Pérez responde a un perfil del que hace tiempo que estaba necesitado el cuadro vigués: el de extremo puro, con capacidad para centrar, desborde y uno contra uno. Aunque su tendencia no es tanto la de llegar a la línea de fondo y centrar desde ahí como de la de ir por dentro en diagonal y buscar el centro o el disparo desde la frontal del área. Es una acción característica suya que se pudo ver en varias ocasiones el domingo ante el Atlético.
El gol está siendo su asignatura pendiente, aunque lo tiene entre ceja y ceja. Él mismo lo reconocía después de marcar el primero de los dos que lleva como céltico, ambos en Copa del Rey. «Necesitaba el gol ya, eso da confianza a un delantero y lo estaba buscando, no solo en este partido, sino en otros», dijo tras el duelo frente al Algar, en el que marcó el segundo de los seis tantos celestes del encuentro, el que consumaba la remontada en una cita que comenzaron perdiendo.
Era el último compromiso antes del parón por el Mundial y, a la vuelta, anotó también ante el Gernika, abriendo un marcador que reflejaba un 0-3 a la conclusión del choque. «Marcar siempre es una satisfacción y da confianza a un delantero», declaraba sin ocultar la importancia que le da. «Espero poder ayudar en lo que sea, con goles y asistencias», señalaba. En este último capítulo se prodigó frente al Girona, Almería y Betis, partidos en los que fue de la partida.
El gol en Liga estuvo muy cerca. Hace tres jornadas, frente al Athletic Club, un envío suyo terminó en el fondo de la red nada más comenzar el partido, cuando ni siquiera se habían consumido 30 segundos. Sin embargo, el tanto no llegó a subir al marcador, ya que Isidro Díaz de Mera Escuderos lo anuló por una falta previa del futbolista celeste. Pero a falta de goles, el equipo agradece sus cambios de ritmo y la capacidad de desborde de un jugador que llegaba el Celta para terminar de explotar y que parece ir dando pasos en la dirección correcta.
El canterano del Barcelona suma 947 minutos en veinte encuentros, la mitad de ellos, como titular y completando dos —ambos con Carvalhal, frente al Rayo y el más reciente, ante el Atlético—. Su acierto en el pase es del 87,8 %. Previamente a su llegada a Vigo, tenía una experiencia en Primera de once partidos con el Barcelona, el grueso de ellos, en la temporada 2019/2020, con ficha del filial. De ahí pasó a la Roma, donde completó dos temporadas —3.121 minutos en 76 partidos, marcando ocho goles y dando siete asistencias—.
De Carles ha destacado desde el momento de su llegada el entusiasmo mostrado con su incorporación al Celta. Siempre proclamó que estaba empeñado en que Vigo fuera su destino y que tenía claro que quería formar parte de un proyecto en el que sigue confiando plenamente. Así se desprendía de sus palabras el domingo cuando se le pidió un mensaje para la afición: «Es de agradecer cómo animan. Yo les digo que el equipo está bien y que trabajaremos para darles más alegrías». Él, en primera persona, quiere ser pieza clave.