Los vigueses, con menos puntos que fútbol y con opciones para Aidoo en el centro de la defensa, rinden visita en Montjuïc al mejor Barcelona de la era Xavi
23 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Desde su regreso a Primera, restarle puntos al Barcelona se ha convertido en una costumbre para el Celta. La temporada pasada, sin ir más lejos, el cuadro vigués apretó a los culés en el Camp Nou, aunque cayó por la mínima, y en la última jornada de liga, se salvó derrotando al campeón. Dos campañas atrás, en la despedida de Leo Messi, se impuso por 1-2 en el estadio azulgrana.
Pero la estadística y la historia reciente se topan con el momento actual del conjunto culé para otorgarle al reto el calificativo de superlativo. El propio Xavi Hernández reconoce que tiene al mejor Barça desde su llegada, el equipo presenta un balance de 10-0 en los dos partidos que disputó en la última semana en Montjuïc, se ha convertido en una máquina de marcar y ocupa la segunda posición en la tabla a dos puntos del Madrid, que hasta la fecha hizo pleno.
El Celta llega a la cita con mejores sensaciones que balance de puntos. Fuera de casa, mantiene el tipo con un triunfo y un empate, pero Balaídos le está lastrando con un 0 de 9 en puntos que le coloca en la antesala de la zona de descenso. Además, todavía es un equipo en construcción que, poco a poco, va puliendo defectos. Un proyecto a largo plazo.
Por ahora, los vigueses han encajado en los cinco encuentros de liga disputados y la salida a Barcelona no parece la más propicia para cambiar la tendencia ante la voracidad de un rival que, pese a jugar partido de Champions el pasado martes, tirará de su unidad A para intentar doblegar al Celta. Frankie De Jong, que lo ha jugado todo en lo que va de curso, podría ser el único liberado.
Tampoco parece que Rafa Benítez vaya a agitar el árbol de los cambios, porque el técnico está contento con el desempeño de los celestes. La principal duda aparece en el centro de la defensa, con Joseph Aidoo como candidato a recuperar la titularidad dos partidos después. Porque, aunque haya sido suplente en las dos salidas disputadas, la velocidad del ataque del Barcelona necesita de una gacela en la parcela defensiva celeste y el ghanés es el más rápido de los centrales. El antídoto a Joao Félix, que entró en el Barça como si llevase toda la vida, y el joven Lamine Yamal. Ambos son dos balas.
A nivel táctico, nada apunta que Benítez vaya a cambiar el sistema (5-2-3 en fase ofensiva). El entrenador quiere volver más pronto que tarde a la línea de cuatro zagueros, pero todavía parece prematuro. El equipo aún tiene automatismos pendientes en las dos áreas y debe tapar también las carencias como la de un mediocentro de envergadura.
El primer reto celeste debe ser el de competir como lo hizo antes del parón ante el Real Madrid. En esta ocasión, los célticos tienen poco que perder. Su verdadera lucha empieza el jueves con tres partidos de su liga.