Ni los tres delanteros salvan la caída libre del Celta (0-1)

GRADA DE RÍO

Un buen arranque y un gol tempranero le bastaron al Girona ante un conjunto vigués que no aprovechó sus opciones

28 ene 2024 . Actualizado a las 16:35 h.

El Celta continúa dando pasos hacia el precipicio y Rafa Benítez, cada vez más cuestionado por la afición, que no por la zona noble, es incapaz de darle estabilidad al conjunto vigués. Al Girona le bastó con una buena puesta en escena y un gol tempranero para llevarse el triunfo de Balaídos y recuperar el liderato.

Los celestes, que salieron con tres delanteros por primera vez en todo el curso, tuvieron su momento en la recta final del acto inicial, pero Tasos Douvikas falló dos claras oportunidades y un cabezazo de Larsen acabó en el travesaño. En el segundo tiempo, faltaron las fuerzas y las ideas y solo el corto marcador mantuvo a los celestes en la pelea hasta el final. Segunda derrota consecutiva en liga como local en una semana, a la que hay que añadir la eliminación copera, también en casa. La temporada del centenario se ha convertido en un foco de decepciones y en un vía crucis con un impredecible final.

 

Benítez le dio una nueva vuelta de tuerca al sistema y al once. Apostó por un 5-2-3 y, por primera vez, hizo coincidir en el campo a sus tres delanteros, pero el problema era que Douvikas, Iago Aspas y Larsen (disposición que adoptaron de derecha a izquierda de inicio) jugaban a 40 metros de la portería rival y su papel era más defensivo en el repliegue que atacante. En ese escenario, el Girona se hizo con el balón, lo movió a su antojo, coleccionó un par de córneres y el gigante Dovbyk puso a prueba a Vicente Guaita.

El Celta no lo pasaba bien. Sobre un patatal y con un aspirante al título enfrente, apenas tocaba el balón y encadenaba dos pases. La primera vez que lo hizo fue con un robo de Manu Sánchez y un centro que recorrió toda la frontal para acabar con un disparo raso y pegado al palo de Óscar Mingueza al que llegó Paulo Gazzaniga (silbado por el público por su simulación de la primera vuelta).

Y como en los años torcidos todos sale al revés, del probable 1-0 se pasó al real 0-1. El Girona contragolpeó y el balón llegó a Portu para que marcase con un disparo ajustado por el palo corto. El Celta reaccionó y tuvo media docena de ocasiones antes del descanso para empatar, pero se fue al receso de vacío. El cambio de tendencia en el juego llegó cuando la línea de tres atacantes tomó sentido. Douvikas se colocó en el centro y el griego tuvo las dos más claras, pero ninguna de ellas acabó en gol. Primero, perdió el mano a mano con Gazzaniga, tras un pase filtrado de Luca de la Torre, y después le regaló el balón al portero rival en el mano a mano tras robar la pelota en la misma frontal del área. La fortuna tampoco le sonrió a Larsen, que estrelló un cabezazo en el larguero ni a Aspas, con dos tiros en la misma jugada que fueron bloqueados. Carl Starfelt, con una peinada a saque de córner, también se quedó a un palmo del larguero.

El segundo tiempo comenzó con un tímido tiro de Luca de la Torre desde la frontal. El Celta mantenía la apuesta ofensiva con un Aspas cada vez más en papel organizador, pero las fuerzas poco a poco iban faltando debido al gran desgaste físico del conjunto vigués. Esa falta de oxígeno permitió al Girona encadenar un par de posesiones largas con llegadas amenazantes incluidas y poco después de la hora de partido Benítez intentó arreglarlo metiendo en el campo a Jailson y Ristic, dos jugadores de corte defensivo, que enervaron a la grada, que había recibido al técnico madrileño con pitada y que pidió su dimisión a coro.

Esos gritos, pero con más decibelios hasta que la megafonía los silenció, se escucharon a la conclusión del partido, porque los últimos 20 minutos fueron un absoluto ejercicio de impotencia por parte del cuadro vigués, que tuvo el balón pero que fue incapaz de crear una ocasión clara de peligro. Lo más parecido fue una llegada de Mingueza a la línea de fondo que acabó en córner. Todo lo demás fue una sucesión de visitar a la frontal sin último pase ni instinto asesino. Pan comido para un Girona que sale líder de Vigo y que deja el Celta y a Benítez aún más contra las cuerdas.

Ficha técnica:

0 - RC Celta: Guaita; Mingueza, Unai, Starfelt (Miguel Rodríguez, min.77), Carlos Domínguez, Manu Sánchez (Ristic, min.65); Tapia (Dotor, min.77), Luca de la Torre (Jailson, min.65), Aspas; Douvikas y Larsen.

1 - Girona: Gazzaniga; Yan Couto, Arnau, Blind, Miguel; Aleix García, Herrera; Tsygankov (Valery, min.82), Portu (Iván Martín, min.69), Sávio; y Dovbyk.

Goles: 0-1, m.20: Portu.

Árbitro: Melero López (comité andaluz). Amonestó a Jailson (min.70) por parte del Celta, y a Blind (min.50) por parte del Girona.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la jornada 22 de LaLiga disputado en el estadio municipal de Balaídos ante 20.684 espectadores.