Los vigueses dejan su portería a cero por primera vez, devolviendo todos los centros laterales, el día que tuvieron que jugar 40 minutos con dos menos
06 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El Celta consiguió al fin este sábado en el Estadio de Gran Canaria el objetivo de dejar su portería a cero, pero lo hizo de la manera más difícil. Claudio Giráldez podría emular a Helenio Herrera e inventar una nueva frase para la posteridad del fútbol: «Con nueve se defiende mejor que con once». Porque hasta la fecha, los celestes habían sido incapaces de cortar la sangría en los nueve partidos anteriores e incluso fuera de casa, no había bajado de los tres goles encajados (como mínimo por contienda).
En esta ocasión, en Las Palmas, el entrenador apostó por la misma tripleta de centrales que ante el Atlético de Madrid, con Javier Manquillo, Carl Starfelt y Marcos Alonso. La apuesta funcionó once contra once (con algún susto), pero estuvo especialmente brillante en los 40 minutos que el Celta tuvo que jugar con dos hombres menos. por las decisiones del colegiado Adrián Cordero Vega de expulsar a Ilaix Moriba y a Iago Aspas por doble amarillas en el margen de poco más de un par de minutos.
El técnico porriñés montó dos líneas de cuatro jugadores por delante de Vicente Guaita, estirando Tasos Douvikas y Pablo Durán el equipo cuando era posible e intentando defenderse con el balón las pocas ocasiones en que pudieron salir. Con esa apuesta, los vigueses interceptaron un buen número de balones, coleccionaron bloqueos (los cuatro de atrás estuvieron excelsos en ese sentido) y Guaita firmó su mejor actuación de la temporada.
La consecuencia fue que los cinco tiros entre palos del Las Palmas fueron interceptados y que el palo colaboró con el partido a punto de finalizar. Además, los famosos centros laterales se encontraron en esta ocasión con escudos antiaéreos. Vicente Guaita, con sus salidas acertadas, los centrales siempre bien perfilados y la colocación colectiva dentro del área.