La afición del Celta disfrutó de una espectacular remontada ante el Betis
09 feb 2025 . Actualizado a las 10:53 h.El panorama al descanso era poco alentador en Balaídos. El Celta había encajado dos goles ante el Betis en los primeros 45 minutos y podían haber sido más. Resultado aparte, las sensaciones tampoco eran buenas y pensar en la remontada parecía complicado. Aunque esa no era la visión de un Claudio Giráldez que tenía claro, y así se lo transmitió a sus jugadores en el vestuario, que si el equipo era capaz de poner la primera piedra en forma de un primer gol, lograría llevarse los tres puntos. Y fue dicho y hecho.
Con 22.561 espectadores en Balaídos, los malos resultados del último mes no pesaron en el ambiente que se respiraba en Balaídos. La Rondalla de Torroso amenizó los minutos anteriores y la afición respondió acompañando con sus bufandas al Sarà perché ti amo, para luego interpretar la primera de las dos Oliveira dos cen anos de la tarde, la que no falta desde el estreno del himno del centenario, en el verano del 2023, cuando los jugadores saltan al campo.
Esta vez, sin embargo, hubo dos Oliveiras. Al acabar el partido, momento en que a veces suena el himno clásico, volvieron a estucharse los acordes del compuesto por C. Tangana, con los jugadores sobre el césped aplaudiendo desde el centro del campo a todas las gradas ante una hinchada eufórica. Luego, tampoco faltó el Shalalalalalala, ya casi obligado en cada victoria en casa. Todo, después de la explosión de júbilo final y de haber tenido que pedir la hora, porque Busquets Ferrer -con quien el Celta lleva dos partidos y dos triunfos- añadió en primera instancia seis minutos, pero alargó un poco más por las interrupciones en el descuento y más de uno en la grada estuvo al borde del infarto.
Entre medias, el estadio había celebrado por todo lo alto tres goles; cada uno, como es lógico, con más intensidad que el anterior. Porque el de Fran Beltrán era esa primera piedra para construir una remontada; el de Javi Rodríguez convertía en real la posibilidad de puntuar y el de Williot Swedberg, que llegó cuando más empujaba un celtismo volcado, desataba la locura y hacía caerse el municipal vigués. Destacaba Giráldez en sala de prensa las caras de felicidad que había visto en todos sus jugadores por este triunfo, las mismas que todo celtista que abandonaba el campo bajo una lluvia incipiente.
Distinto fue para aquellos que ocupaban la zona visitante y que se dedicaron acontra los locales desde antes del pitido inicial, pero que acabaron en silencio con el 3-2 final, aunque luego retomaron las ofensas. Desde megafonía del estadio escucharon temas como Bella Ciao al descanso o Grandola Vila Morena antes de desalojar la zona acotada para ellos.
Poñer” Grândola, Vila Morena” para amenizarlles a espera a estes elementos antes de sair de Balaidos, foi de cine???? pic.twitter.com/dp1o25AVLq
— MR????? (@Maria03128590) February 8, 2025
