El filial está a dos puntos del descenso y afrontará dos duelos cruciales en el margen de cinco días
10 mar 2025 . Actualizado a las 20:59 h.Una victoria en los siete últimos partidos, un gol a domicilio en las seis últimas salidas y cuatro puntos en lo que va de segunda vuelta. Esa es la realidad contable de un Celta Fortuna que, tras caer en Andorra, tiene dos puntos sobre la zona de descenso y en el margen de cinco días, se medirá a los dos equipos que tiene por detrás en la tabla clasificatoria, los dos en Balaídos: el viernes recibirá al Sestao y el miércoles 19 disputará el aplazado ante el Lugo. Tanto los vascos como los lucenses tienen dos puntos menos (30) y en la primera vuelta ganaron como locales.
En el actual ideario celeste, el Celta Fortuna es, por encima de todo, un equipo de formación en el que prima más potenciar a los jugadores para que un día puedan llegar al primer equipo que los resultados. No obstante, un descenso a Segunda Federación no sería lo más aconsejable para la aceleración de procesos diseñada por el director de fútbol de la entidad, Marco Garcés.
A tener en cuenta
Además, hay que tener en cuenta que el equipo perdió a un jugador fundamental como Fer López, que no volvió a bajar al filial desde que dio el salto al primer equipo, estuvo alguna jornada sin Yoel Lago, Jones El-Abdellaoui todavía no está adaptado por completo y para el partido de Andorra no fue convocado. También, que Dela lleva semanas lesionado y la plantilla es la más joven del filial en muchos años, lo que entrañaba un riesgo que el club asumió desde el primer momento.
A nivel deportivo, el Celta Fortuna arrastra los mismos males que el primer equipo a domicilio y solo fue capaz de sumar siete puntos como visitante. El domingo, sin ir más lejos, firmó un excelente primer tiempo en Andorra que de nada le sirvió. «Han sido dos partes bien diferenciadas. En la primera hemos sido mejores y hemos tenido posibilidades de ponernos por delante, no lo hemos conseguido y la segunda parte, nos hemos equivocado», admitió Fredi Álvarez, tras el choque.
El entrenador cree que tras el paso por vestuarios, el rival «presionó más alto, más intenso» y ellos no fueron «capaces de cambiar las presiones», con el resultado de que «en dos acciones a balón parado, se pusieron por delante y luego a partir de ahí, es muy difícil jugar ante un equipo que domina muy bien los tiempos», comentó tras el partido del Estadi Nacional.
Ahora, el equipo afronta dos partidos capitales con Ángel Arcos y Gael Alonso apercibidos y con la incógnita de saber con qué jugadores podrá contar. Estas dos citas todavía se hacen más relevantes teniendo en cuenta que después le esperan de un modo consecutivo dos salidas complicadas antes Barakaldo y Arenteiro, dos rivales de la parte alta en estos momentos. Todo, en un marzo intenso.