Luca de la Torre: «Me encantaba jugar en el Celta y vivir en Vigo; no fue fácil irme»

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El futbolista cedido en el San Diego habla de su experiencia en la Liga, donde cumplió un sueño y de donde guarda recuerdos muy especiales

03 may 2025 . Actualizado a las 10:52 h.

El futbolista del Celta Luca de la Torre, cedido en el San Diego por el equipo vigués, ha repasado su trayectoria futbolística en The Player's Tribune, donde también aborda su paso por el club vigués, con palabras de cariño para esa etapa. «Cuando el Heracles bajó de categoría, en mi segunda temporada, fiché por el Celta de Vigo. Jugar en LaLiga fue un sueño hecho realidad, tanto para mí como para mi padre, y la parte española de nuestra familia se puso en contacto con él para felicitarnos», introduce.

No pasa por alto el internacional con Estados Unidos que «hubo retos que superar en Vigo». «Llegué con apellido español, pero sin hablar el idioma. Mi padre intentó solucionarlo al no hablarme en inglés durante un año entero. Además, sufrí lesiones y cambios de entrenador que no me ayudaron, pero eso les pasa a todos los jugadores- asume-. Y al final, lo que más recuerdo son los momentos especiales», valora el centrocampista. Se queda, de este modo con «los goles, las asistencias, jugar en los estadios más bonitos del mundo», subrayando que le «encantaba jugar en el Celta y vivir en Vigo».

Partiendo de esa base, no le resultó sencillo dar el paso de regresar a su país, del que había salido para forjarse un futuro como futbolista cuando era todavía prácticamente un niño -con el Fulham como primer destino-. «Por mucho que me encantara la idea de volver a casa, convencerme de dejar Vigo no fue nada fácil. Yo no estaba preparado para dar un paso tan grande. Necesitaba estar seguro al 100 % de que era lo mejor para mi carrera», dice sobre su pensamiento cuando, estando con la selección en Kansas, el director deportivo del equipo de su ciudad natal le hizo la propuesta.

A De la Torre le marcó la frase «detrás de la montaña hay otra montaña», escrita en una moneda que el seleccionador estadounidense dio a sus jugadores cuando el equipo se clasificó para el Mundial. «No soy aficionado a las citas, pero esa me gusta. Jugar en el Celta había sido mi montaña durante tanto tiempo, y ahora que había llegado a la cima, era difícil dejarla atrás. Pero en el fútbol todo pasa muy deprisa», reflexiona. Y fue al lesionarse el tobillo, en agosto, cuando lo vio claro. «Me di cuenta de que necesitaba un cambio para recuperar mi mejor juego. Cuando se abrió el mercado de fichajes de invierno, tuve 100 % claro que lo mejor para mí era irme», confiesa.

Explica Luca, asimismo, que lo que le transmitió el director deportivo sobre el proyecto le gustó, y comparte lo positivo de la etapa que está viviendo ahora. «Estar de nuevo en casa es un privilegio. Vivo aquí con mi esposa, cerca de mis padres, y cada dos sábados juego delante de 30.000 personas de mi ciudad. Me llena de orgullo decirlo», celebra. Y concluye con un mensaje a la afición del San Diego: «Os garantizo que haré todo lo posible para ayudar a este equipo a tener éxito. Para darles a esos aficionados una razón para venir. Para ayudar a los niños de esta ciudad a enamorarse del juego, como hice yo. Esta es mi montaña ahora».