El acierto de pasar de 6 a central a un jugador con carácter de líder
GRADA DE RÍO

Recuerdo al Yoel Lago que dirigí en el Cadete B como un jugador al que le costaba arrancar al principio, yo decía que era un poco diésel, pero poco a poco, se fue ganando el sitio. Entonces, jugaba de 6, y creo que fue Claudio (Giráldez) quien lo pasó a central en juveniles. Todo un acierto, porque siempre destacó más por lo defensivo que por ser jugador hábil con el balón. Por lo demás, ya tenía las características por las que llama la atención ahora.
Era un futbolista supercompetitivo en cada entrenamiento, agresivo en cada duelo. Era ese jugador que si tenía que hacer una falta para cortar un contraataque, la hacía aunque fuera cadete de primer año, y es bastante raro ver eso a esa edad. Por eso creo que ese apodo de Asesino que se le ha puesto en Vigo le queda bastante, bastante bien.
Es un futbolista con carácter de líder. Con balón, como mediocentro, era jugador de control y pase, el típico número 6. Pero, sobre todo, nos daba equilibrio para que los compañeros que estaban por delante no tuvieran esa necesidad de volver cuando había pérdidas. Era un ganador en los duelos defensivos siempre, siempre.
Me acuerdo de que se le insistía en que mejorase los pases hacia adelante, porque al principio era conservador, con pases horizontales o hacia atrás. Y destacaría que tiene una familia y unos padres maravillosos que nunca se metieron en nada, que siempre estaban para sumar. Todo eso contribuyó también, seguro, para esa personalidad que ha permitido que llegara a donde ha llegado.
Que estuviera Claudio y lo conociera es un factor importante, pero él se lo ganó a pulso a base de trabajo y buena actitud siempre. Con buen comportamiento, siendo regular, sumando en todos los partidos. Dieron con la tecla al pasarlo a central y verlo ahí, para quienes lo tuvimos en A Madroa, es un gran orgullo y una maravilla. Mejor un canterano que cualquier otro.