El gondomareño da un paso adelante en confianza y apura sus opciones de quedarse siendo uno de los más destacados en la pretemporada del Celta
24 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Miguel Román se ha convertido en el hombre del verano en el Celta. El gondomareño se juega su futuro en Primera División en poco más de un mes y está aprovechando sus oportunidades al máximo. Desde el primer día, tiene los cinco sentidos puestos en el campo y en cada partido demuestra que dispone de recursos para hacerse un sitio entre los 25 elegidos para el primer equipo. Porque su gran problema es que cumplirá 23 años el 26 de diciembre y por cinco días, no podrá alternar filial y primer equipo.
Claudio Giráldez le dio la primera mitad ante el Famalicão en la primera probatura. Aquel fue un día gris sin apenas nada rescatable por las filas célticas. Cuatro días después, en Braga, formó parte del equipo que salió en el segundo acto convirtiéndose en uno de los más destacados por su trabajo en el centro del campo y con su capacidad para mover el balón, simplificando siempre el juego. Su mejor actuación, como la de todo el equipo, se dio el martes ante el Nacional de Madeira. Acompañado de Damián Rodríguez, el de Gondomar controló el ritmo de partido, entró mucho en juego, estuvo en contacto con el balón y hasta pisó área.
Porque parece que, definitivamente, Miguel Román se ha quitado el corsé que le impedía mostrar su verdadero talento. Como otros muchos, quizás ha sido un futbolista de explosión tardía, pero en el Pontevedra se reivindicó, en el Celta Fortuna dio un salto descomunal y ahora está demostrando capacidad de recorrido, su ansia de hacer el fútbol lo más sencillo posible y su buen disparo desde la frontal, un recurso no demasiado abundante en el plantel vigués.
La semana que está en camino, con tres partidos en siete días, se antoja como fundamental para aclarar su futuro, que en estos momentos parece debatirse entre quedarse en el primer equipo o una cesión a un conjunto del fútbol de plata. El filial, por edad y por nivel, debe formar parte del pasado.
Curiosamente, en el verano del 2024, Miguel Román González (Gondomar, 2002) ya no llegó al cuarto partido. Claudio le dio minutos en los tres primeros ante el Benfica, Vizela y Sporting de Gijón, pero a estas alturas, ya había retornado a la dinámica del filial, donde firmó un año redondo convirtiéndose en el mediocentro de referencia del equipo.
Ahora, será distinto y el sábado en Stuttgart tendrá una nueva oportunidad de convencer a Claudio, que tiene el difícil dilema de darle uno de los 25 codiciados dorsales del primer equipo y quedarse con cinco mediocentros en la plantilla, una cifra que, en teoría, también tenía el curso pasado con Jailson, aunque el brasileño enseguida fue reconvertido (en lo poco que jugó) a central. Como aval, hay que recordar que el técnico de O Porriño ya lo tuvo en la recta final del curso pasado en la dinámica del primer equipo, aunque no llegó a debutar en Primera.