Sembrar las nubes para evitar el colapso

Xavier Fonseca Blanco
Xavier Fonseca LA VOZ / REDACCIÓN

HISTORIAS DEL TIEMPO

Filipinas intentará conseguir lluvia artificial para combatir la intensa sequía

11 nov 2019 . Actualizado a las 20:06 h.

Los intentos de intervenir en el tiempo atmosférico son diversos y algunos se remontan a la antigüedad. En el año 415 antes de Cristo, durante la batalla de Siracusa, el científico Arquímedes usó contra las tropas romanas un espejo que reflejaba la luz del Sol con el objetivo de quemar sus barcos. En el siglo XX, en los años de la Guerra Fría, los soviéticos bombardeaban las nubes para que la lluvia no coincidiese con los grandes desfiles militares en la Plaza Roja. Esta técnica también la usaron los chinos durante el acto de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín, en el 2008.

Sembrar una nube es posible incorporando ciertas sustancias, como el yoduro de plata, que favorece que una gota aumente su tamaño lo suficiente como para caer por efecto de la gravedad. Esta técnica únicamente puede aplicarse a determinadas nubes, medias y altas, y no tiene ningún efecto sobre grandes sistemas atmosféricos como una borrasca y un huracán, cuyas dimensiones alcanzan los miles de kilómetros.

 

Filipinas acaba de anunciar que comenzará a sembrar las nubes para combatir la intensa sequía que afecta el país, sobre todo en la capital, Manila, donde miles de personas sufren prolongados cortes de suministro.

Según informa la agencia Efe, el secretario de Agricultura, Emmanuel Piñol, señaló en un comunicado que su departamento se está coordinando con la Fuerza Aérea filipina para iniciar estas operaciones. El objetivo es que las lluvias vayan a parar a la presa de La Mesa, que suministra agua al área metropolitana de Manila, en la que viven más de 13 millones de personas, pero que ahora registra los niveles hídricos más bajos en doce años. «A finales del 2018 ya transferimos fondos a las oficinas regionales y estamos preparados para el azote de El Niño», indicó Piñol.

Filipinas se encuentra en estos momentos en la temporada seca y la agencia nacional de meteorología anunció que el verano podría adelantarse a la última semana de marzo, por lo que las altas temperaturas intensificarán todavía más la sequía, que no remitirá hasta el inicio de la temporada de lluvias en junio.

En una situación de extrema necesidad como la que está sufriendo el país, optar por forzar la lluvia puede parecer una buena opción, pero en realidad no lo es. Como todo lo relacionado con la geoingeniería, existen más debilidades que fortalezas. Cuando se siembra una nube, se está alterando directamente el ciclo del agua y pueden aparecer efectos no deseados. Por ejemplo conflictos. Si alguien decide provocar que una nube libere la lluvia sobre una región concreta estará impidiendo que precipite en el lugar donde tenía previsto hacerlo de forma natural.