Vince, el episodio que abrió una nueva era de huracanes en Europa

Xavier Fonseca Blanco
Xavier Fonseca LA VOZ / REDACCIÓN

HISTORIAS DEL TIEMPO

Se cumplen 20 años de un evento meteorológico histórico que demostró que los ciclones tropicales pueden viajar hacia las latitudes medias

08 oct 2025 . Actualizado a las 10:28 h.

La Península es territorio de borrascas que suelen nacer cerca de Terranova y llegan desde el otro lado del Atlántico siguiendo la circulación general de la atmósfera en las regiones templadas, que entre 30 y 60 grados latitud norte se mueve de oeste a este. Más abajo, entre el ecuador y los 30 grados norte, los alisios mueven el aire en la dirección contraria, de este a oeste. Cuando una depresión tropical nace en el noroeste de África y se transforma en un huracán, los vientos del este empujan el ciclón hacia el Caribe. Así, las borrascas y los huracanes han tenido siempre su propio espacio y rutas. 

El primer caso documentado de un ciclón tropical que afectó a Europa se remonta a octubre de 1842. Un huracán de categoría 2 visitó Madeira el día 26 y tres días después tocó tierra en el suroeste de la Península con características ya extratropicales, sin ojo ni núcleo cálido, pero propiciando un intenso temporal en Andalucía y Extremadura. Este evento pasó al olvido porque por entonces no existían bases de datos. Las evidencias proceden de bitácoras y artículos de prensa.

La anomalía que representa un huracán cerca de España quedó patente tras los 163 años de silencio ciclónico que hubo hasta que se registró el siguiente caso. Fue el 8 de octubre del 2005, hace justo 20 años. Una depresión aislada en niveles altos de la atmósfera (dana) se descolgó de la corriente en chorro a la altura de Canarias. Las aguas cálidas del entorno generaron una convección que provocó una metamorfosis. La dana se convirtió en una tormenta tropical, momento en el que el Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami, intervino para bautizarla como Vince. Unas horas después se intensificó y alcanzó la condición de huracán de categoría 1 además de poner rumbo hacia hacia la Península. A medida que se aproximaba, Vince se iba encontrando con un ambiente más desfavorable que provocaba que fuese perdiendo intensidad, pero aún así el 11 de octubre tocó tierra como una depresión tropical. 

Vince fue un evento inédito en la era satelital y generó desconcierto en la comunidad científica que se lanzó a estudiar el episodio en profundidad. Muchos creyeron que se trataba simplemente de un suceso aislado. Sin embargo, once meses después, el Atlántico lanzó un nuevo aviso. A mediados de septiembre del 2006, el huracán Gordón, que en su momento más álgido alcanzó categoría 3, puso rumbo hacia la Península. Durante el ascenso perdió la naturaleza tropical y tocó tierra como borrasca, pero confirmó la advertencia que había lanzado Vince: los huracanes sí pueden viajar a Europa. 

El Atlántico volvió a guardar silencio durante once años. Después se desató por completo. Si Vince envió el mensaje y Gordon la confirmación, Ophelia marcó un punto de inflexión. Fue un huracán que en su momento de máxima intensidad alcanzó categoría 3 a las puertas de la Península. Durante el ascenso, arrastró una masa de aire cálido que impulsó las temperaturas el 15 de octubre del 2017, un día trágico en Galicia por la ola de incendios que consumieron miles de hectáreas en unas pocas horas. 

Un año después, en septiembre del 2018, Leslie se convirtió en el primer ciclón que tocó tierra en la Península con una fuerza similar a la de un huracán de categoría 1, provocando rachas de viento de hasta 178 kilómetros por hora en el centro de Portugal.

En octubre del 2019, Pablo protagonizó un episodio que sigue sorprendiendo a la comunidad científica por su rareza. Pasó de ciclón tropical a huracán de categoría 1 a 700 kilómetros de la costa de Galicia, donde el ambiente no puede ser más hostil para que ocurra este tipo de transiciones, en las que suele jugar un papel importante las altas temperaturas del mar, algo que no caracteriza precisamente a las aguas gallegas.

Desde entonces se han ido sucediendo los episodios con sistemas de bajas presiones que abandonan las latitudes tropicales y de desplazan hacia las regiones templadas del hemisferio boreal. El caso reciente más llamativo fue el del huracán Kirk, que en octubre del 2024, tras haber alcanzado categoría 4, se transformó en un ciclón híbrido que afectó a la comunidad gallega con un fortísimo temporal. Kirk confirmó que algo está cambiando en el Atlántico y que la Península ahora también es territorio de huracanes.