Lo que ha dado de sí la vida, obra y anécdotas del actor, humorista y showman
01 mar 2021 . Actualizado a las 16:25 h.A Enrique San Francisco le avalaba una larga carrera en el mundo del cine, la televisión y el teatro en los que logró forjarse el papel de eterno secundario. Alejado desde hace unos años de la televisión, su último papel recurrente conocido fue el de Tinín en Cuéntame cómo pasó. Pero la vida de este cómico que no bebía agua, solo cerveza y preferiblemente en vaso porque, según él, en botella engorda, escondía un sinfín de anécdotas que pocos saben de él.
El Rogelio eliminado de Quique San Francisco
El nombre completo de Enrique San Francisco es Rogelio Enrique San Francisco Cobo. Nació en Madrid el 10 de marzo de 1955 en una familia de actores, su madre es Queta Ariel y su padre Vicente Haro, pero durante los primeros diecisiete años de su vida no tuvo relación con él, lo conoció a punto de cumplir la mayoría de edad (con el paso de los años cada vez se parece más a él físicamente). Se crio en Barcelona y debuto en el cine en la temprana edad de seis años. Desde entonces no se bajó de los escenarios.
Pese a que tardó años en entablar relación con su padre, fallecido en el 2010, en los últimos años incluso vivieron juntos. De su relación hablaba en la entrevista en Interviú, en la que afirmaba que se llevaban «bien». «Mi padre cocina de puta madre, pero prefiere comer con sus amigos, en la calle. Come, se echa la partida de dominó e igual no llega hasta las 12 de la noche. Yo con mi padre siempre me he llevado muy bien porque tiene mucho sentido del humor. En esta casa se discute, como en todas las casas del mundo, pero luego nos llevamos cojonudamente», explicaba.
Sus problemas con las drogas
Quique San Francisco reconoció abiertamente sus problemas con las drogas. «Bueno, porros fumé toda la vida, pero lo malo fue el caballo y la coca. Por el caballo hice una pasada y me fui; si no, no estaba aquí. Esto duró unos cuatro años, durante los que trabajé muchísimo menos. Todo me tocaba los cojones», declaraba hace unos años en una entrevista en Interviú.
«Me hacía porros con tampones»
Hace unos años acudió a una de sus citas a El Hormiguero e hizo una extraña declaración que, si no estuviese grabada, muchos ni siguiera se creerían. Pero sí lo está. Enrique San Francisco reconoció que durante un tiempo llegó a hacerse porros con el papel que traían antiguamente los tampones.
Antonio Flores era como «su hermano»
Sus problemas con las drogas terminaron hace tiempo y de ellas guardaba un nefasto recuerdo. Quique San Francisco tuvo su último contacto con el caballo «a los 27 o 28 años». «La gente que conozco que ha salido no ha vuelto a tener ningún devaneo porque, si no, la jodiste. Y ahora el único vicio que tengo es la puta mierda del tabaco, que lo dejaré porque el cuerpo ya me da avisos: la tos, los pulmones. Soy de los gilipollas que dejaron el tabaco y volvieron a él», aseguraba. «Esa generación, la del caballo..., eso es la muerte. Se llevó a mi mejor amigo, Antonio Flores, que era como mi hermano, y a tantos otros… Es jodidísimo salir, muy difícil. Yo lo dejé, entre otras cosas, porque se presentó mi madre y me dijo: 'Mira, hijo, si vas a estar así, más vale que te mates'», confesaba a Interviú.
El día que fue a renovar el DNI y terminó detenido
Quique San Francisco narró su vida como si fuera todo un chiste. Tenía la proverbial soltura de contar lo bueno y lo malo con esa seriedad que provoca la risa floja. Otra de las increíbles anécdotas que le ocurrieron es cuando le detuvieron al ir a renovar el DNI. ¿Qué había hecho? «Me hicieron el DNI y el pasaporte y al salir me dijeron 'tiene usted que venirse con nosotros'. Yo no estoy para ir a ningún lado, pero me enteré de que estaba en busca y captura. A un juez no le puedes vacilar», añadía. «Tuve una movida con un taxista», confesaba.
70 películas, 40 obras de teatro y centenares de programas de televisión
Quique San Francisco era uno de los máximos exponentes del llamado cine quinqui, y uno de los únicos actores de aquella época que logró sobrevivir. Sus papeles en películas de Eloy de la Iglesia como Clegas, El pico o Navajeros, son algunos de los más recordados en el mundo del cine. Pero no son los únicos. Si algo hizo Quique San Francisco durante toda su vida es no parar de trabajar. El público más joven lo conocerá por su papeles del dueño de la taberna de San Gerano en los primeros años de Cuéntame cómo pasó, el inolvidable Tinín.
Y los más veteranos le recordarán por su papel de El Carteras en la mítica Los ladrones van a la oficina.
Pero también por su divertidos monólogos en El Club de la comedia. «Respeto mucho el trabajo de los monologuistas porque es algo dificilísimo. Estar delante de un patio de butacas sin otro recurso que tu voz y tu actitud impone mucho», declaraba en una entrevista en Fugas en julio de este mismo año.
Y sobretodo Enrique San Francisco hizo teatro, mucho teatro. Hace unos años confesaba que era el medio en el que más cómodo se encontraba. «Yo nací en el teatro, creo que es un género fundamental para un actor».
Durante una época reconoció que estuvo desencantado de la televisión. «Estoy tan desilusionado con lo que veo en televisión que yo, que soy profesional, no la veo porque me pongo malo», reconocía en una entrevista en el año 2002, al poco de comenzar a trabajar en Cuéntame. «Fíjate que si a mí me hubieran contado hace tiempo que había una serie como ésta, a lo mejor incluso no la hubiera aprobado y eso que yo mismo pertenezco a aquella época», aseguraba.
Quique San Francisco y su «múltiple personalidad»
No, no es que Quique San Francisco tuviera personalidad «múltiple», la cosa es que le confunden con mucha gente. «Sí, me han confundido con el Dioni, con Gabino Diego y me han llegado a preguntar que si no estaba muerto, porque me confundían con El Pirri, un actor con el que trabajé en varias películas de aquello que se llamó cine quinqui», aseguraba.
Quique San Francisco y su relación con Galicia
Quique San Francisco era un enamorado de Galicia y veraneó en varias ocasiones en la comunidad, concretamente en Chantada. «Vivo mejor aquí que en Madrid, pero por motivos de trabajo tengo que estar allí», explicaba en el 2008. Allí vivió otra de sus increíbles historias cuando un grupo de gente lo confundieron con el actor Gabino Diego.
Eso sí, no le gustaba el marisco. «Me vas a matar pero es que no me gusta el marisco. Me gustan las gambas y las cigalas pero nada más. Ni centollo, ni ostras, ni percebes...», aseguraba hace unos meses.
No puede vivir sin...
Le encanta la cerveza
Y Frank Sinatra
Y las motos. Aunque tuvo un grave accidente en moto en el 2002, en la fuente de Neptuno en Madrid. Le arrollaron unos escoltas que salían del Ritz y se saltaron el semáforo. «Me tiré siete meses colgado de un cable después de una operación de once horas. Solo podía mover el brazo derecho. Luego estuve año y medio en una silla de ruedas y otro año y pico con muletas, y mira, me he quedado cojo. A lo largo de todo ese tiempo tuve ocho operaciones más en la pierna porque había que ir quitando las placas y los clavos que me habían metido», confesaba sin perder ni un ápice de su ironía ni su humor.
Pero sobre todo, le gustaban las mujeres. Reconocía haber tenido cuatro grandes amores en su vida, entre ellos, Rosario Flores. Pero seguía estando soltero, un enamorado de la vida: «Estar con mujeres todo el tiempo que puedo, que es lo que más me gusta», confesaba en una entrevista a la La Voz en el año 2008.
