De taxista a magnate multimedia

SERGIO IMBERT MOSCÚ

INTERNACIONAL

PERFIL

18 abr 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Vladimir Gusinski, uno de los magnates nacidos con la transición en Rusia, convirtió sus oficios de director de teatro y taxista en un imperio financiero con ramificaciones en Israel y Estados Unidos. El millonario, dueño de un poderoso grupo de prensa crítico con el Kremlin, fue encarcelado en Moscú el 13 de junio del 2000 sin acusación pero bajo sospechas de estafa y apropiación indebida de caudales públicos. Esto se interpretó como un acto de represalia política contra la prensa liberal. Gusinski, famoso por sus denuncias contra el «clan» del ex-presidente Boris Yeltsin por la primera guerra chechena y la corrupción, criticó duramente la segunda guerra chechena y la campaña del ascenso a la Presidencia de Vladimir Putin. Gusinski nació en 1952 en una familia de judíos que sufrió la represión estalinista. Su abuelo fue ejecutado en 1937 y su abuela pasó nueve años en campos de concentración. Abrió su primera cooperativa, dedicada al metal, en 1986, después una asesoría jurídica y en 1989 fundó el núcleo de su futuro imperio Most, con un banco privado, un consorcio de empresas y otro de medios de comunicación, Media-Most. En 1995 fundó el Congreso Judío de Rusia, con el objetivo de combatir el antisemitismo. El pulso de Gusinski con Boris Berezovski, «oligarca» con influencias sobre Yeltsin, le costaron a Media-Most el primer asalto a punta de pistola de los servicios secretos del Kremlin en diciembre de 1994. En las elecciones de 1999 y de 2000, Media-Most apoyó a los rivales de Putin. En mayo pasado, agentes encapuchados asaltaron sus empresas. Al parecer, la gota que colmó el vaso de la paciencia del Kremlin y llevó a la detención de Gusinski fue la entrevista que Bill Clinton dio a Eco de Moscú en claro apoyo a la libertad de prensa. Poco antes, NTV había rechazado un ultimátum del Kremlin para que retirara al muñeco de Putin de su ácido y popular programa de guiñoles.