El recuerdo de una pesadilla

La Voz

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28 dic 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

Pocos nombres producen tanto estremecimiento a los argentinos como el de Alfredo Astiz. El Ángel de la Muerte, como lo conocen quienes sufrieron sus torturas en la Escuela de Mecánica de la Armada, es el recuerdo constante de una pesadilla que se llevó por delante a 30.000 argentinos. Y lo es porque el mismo ratifica, en cuanto tiene ocasión, que no se arrepiente de lo que hizo como líder de los Grupos de Tareas, los escuadrones de la muerte argentinos encargados del secuestro y desaparación de los considerados opositores al régimen. «La Armada me enseñó a destruir, a infiltrame, a matar. ¿Sabes qué? Yo soy el hombre mejor preparado técnicamente en este país para matar a un político o a un periodista», le contó a una revista.