México intentó hasta el último minuto salvar la vida de un condenado a muerte en Texas

La Voz EUROPA PRESS | MÉXICO

INTERNACIONAL

14 ago 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

La vida del mexicano Javier Suárez Medina, condenado a muerte en Estados Unidos en 1989 por el asesinato de un policía antinarcóticos, pende de la decisión de la Suprema Corte de Apelaciones del país. De ser negativo el dictamen, sólo el gobernador de Texas, Rick Perry, podrá aplazar la ejecución, prevista para ayer, 30 días. Sin embargo, México considera ese plazo fundamental para aportar nuevas pruebas que podrían cambiar la sentencia desde la pena capital a la cadena perpetua. Mientras, la familia de Lawrence Cadena, el policía asesinado por Suárez Medina, solicitó ayer «justicia» y que se proceda con la ejecución. En declaraciones publicadas por el diario texano The Dallas Morning News , el hijo de la víctima reiteró el deseo de la familia de que se aplique la máxima pena. «Esto no va a traer a mi padre de regreso, pero cuando un individuo comete un acto tan monstruoso, tiene que hacerse a esa persona responsable», declaró el hijo, también llamado Lawrence Cadena, y también policía antinarcóticos. Además del Gobierno mexicano, la Unión Europea, Argentina, Chile, Dinamarca, Eslovenia, Grecia, Guatemala, Panamá, Paraguay, Polonia, Suiza y Uruguay, así como organizaciones internacionales, han hecho gestiones por salvar la vida del mexicano por considerar que no tuvo asistencia legal del consulado de su país, como exige la Convención de Ginebra. De momento, de las tres ejecuciones previstas para ayer, una fue suspendida. El gobernador del estado de Misuri, Bob Holden, detuvo la ejecución de Daniel Basile tras presentarse un nuevo testigo.