La hija de Gisèle Pelicot: «Sé que mi padre me drogó probablemente para abusar sexualmente de mí, pero no tengo ninguna prueba»
SOCIEDAD
En una entrevista concedida a la BBC, explicó que durante la investigación se encontraron fotografías de ella inconsciente en una cama en ropa interior
12 ene 2025 . Actualizado a las 17:40 h.El pasado 19 de diciembre, después de tres meses de un juicio que conmocionó Francia, el Tribunal Penal de Aviñón declaró culpable a Dominique Pelicot y a otros cincuenta acusados por drogar y violar reiteradamente durante casi una década a Gisèle Pelicot.
Este fin de semana el programa Today, de la cadena británica BBC, emitió una entrevista con Caroline Darian, la hija de Dominique y Gisèle Pelicot, en la que explicó cuándo y cómo se enteró de la violación sostenida a su madre durante años por parte de su padre y otros 50 hombres. Fue la tarde del lunes 2 de noviembre del 2020 cuando recibió la llamada de su madre. «Ella me explicó que había descubierto esa misma mañana que mi padre había estado drogándola durante unos 10 años para que diferentes hombres pudieran violarla. En ese momento, perdí lo que era una vida normal. Recuerdo que grité, lloré, incluso lo insulté. Fue como un terremoto, como un tsunami», afirmó.
Dominique Pelicot utilizó durante años un portal web para ponerse en contacto con decenas de hombres para violar a su esposa, a la que previamente drogaba para que estuviera inconsciente. Caroline Darian, temblorosa y al borde del llanto, ahora ha confesado que tiene sospechas de que ella también pudo haber sido violada. «Sé que me drogó, probablemente para abusar sexualmente, pero no tengo ninguna prueba», dijo en la entrevista. En este punto, Caroline, que acaba de publicar el libro Y dejé de llamarte papá, que se publicará en España el 22 de enero en Seix Barral, quiso recordar a otras víctimas involucradas en situaciones similares en las que hay faltas de pruebas para denunciar: «No se les cree porque no hay pruebas. No se les escucha, no se les apoya», indicó . Caroline, que es una alta directiva de comunicación en una gran empresa en Francia, ha fundado la asociación #MendorsPas: Stop à la Soumission Chimique (NomeDuermas: Stop a la sumisión química) para luchar por un mejor apoyo integral a las víctimas y la formación sistemática de todos los profesionales implicados.
Durante la entrevista en la BBC explicó que, días después de aquella terrible conversación con su madre que reveló que su padre era, según ella, «uno de los peores depredadores sexuales de los últimos 20 o 30 años», la policía se puso en contacto para mostrarle una serie de fotografías que habían encontrado en el ordenador de su padre. En ella aparecía una mujer en una cama vestida en ropa interior. «Viví un efecto de disociación. Me costó reconocerme desde el principio», aseguró. En ese momento traumático y confuso uno de los policías le dijo: «Mira, tienes la misma marca marrón en la mejilla..., eres tú». «Entonces comencé a ver esas dos imágenes de manera diferente… Estaba acostada sobre mi lado izquierdo, como mi madre en todas sus fotos», recordó Caroline.
«Debería morir en la cárcel»
Sobre la sentencia que condena a su padre, de 72 años, a pasar dos décadas en prisión, Caroline aseguró que él debería morir en la cárcel, es un hombre peligroso».
A su padre lo define como un «monstruo». «Cuando miro hacia atrás, no recuerdo realmente al padre que creía que era. Miro directamente al criminal, al criminal sexual que era. Él sabía perfectamente lo que hacía y no está enfermo. Es un hombre peligroso. No hay manera de que pueda salir. De ninguna manera. Debería morir en prisión», afirmó Caroline en la entrevista.
«Pero tengo su ADN y la razón principal por la que me comprometo tanto con las víctimas invisibles es también para mí una forma de poner distancia real con este tipo», contó, a la vez que afirmó que, aunque «está agotada por el juicio», «está bien». «Estoy recuperándome y enfocada» en crear conciencia sobre la sumisión química y educar mejor a los niños sobre el abuso sexual.
Al ver lo que había vivido su madre, Gisèle Pelicot, tanto Caroline como sus dos hermanos, David y Florian —cuyos nombres son la base del nuevo apellido de Caroline, Darian— se trasladaron al sur de Francia para apoyarla mientras asimilaba que su entonces marido era «uno de los peores depredadores sexuales de los últimos 20 o 30 años».