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Annan suprime de su discurso el párrafo en el que rechazaba un «papel subalterno» para las Naciones Unidas El texto pactado por Blair, Aznar, Chirac y Schröder ni siquiera llegó a presentarse
17 abr 2003 . Actualizado a las 07:00 h.Los Quince han vuelto a fracasar en Atenas en un nuevo intento de limar sus diferencias en torno al futuro del Irak y al papel que debería desempeñar la ONU en la reconstrucción del país. Ni la simbólica presencia de la Acrópolis, a cuyos pies nació la democracia occidental, ni los frenéticos contactos mantenidos entre los líderes europeos han generado el clima necesario para brindar al mundo una imagen de unidad. El presidente de turno de la UE y primer ministro griego, Costas Simitis, admitió con cierta decepción al final de la cumbre que «en estos momentos no es posible decidir lo que se puede hacer exactamente (en Irak) por cada parte implicada». Francia y Alemania, países que se habían opuesto a la ofensiva contra el régimen de Sadam, llegaron a Atenas con el diálogo recompuesto con los dos socios que ayudaron a patrocinar la guerra: el Reino Unido y España. De hecho, estos cuatro países, que además forman parte del Consejo de Seguridad, pactaron un borrador de declaración sobre el papel que habría de tener la ONU en la posguerra iraquí, aunque dicho documento no llegó siquiera a presentarse. En su lugar, la presidencia griega de la UE dio cuenta de una declaración propia, apoyada implícitamente por la Europa de los 25 (los Quince más los diez países que ingresarán en el 2004) en la que reivindica para la ONU un «papel central» que debería conducir al «autogobierno de Irak por el pueblo iraquí». Este texto también le sirve a la Unión de excusa para reafirmar su voluntad de desempañar «un rol significativo en la construcción política y económica» del país, si bien apenas difiere de las conclusiones pactadas por los Quince en pasado 21 de marzo. Simitis abundó en que el papel exacto de la ONU todavía está verde, y en todo caso nacerá «de los contactos con Washington, pero también con Londres, que acepta los principios» de la declaración de la UE. La ministra española de Exteriores, Ana Palacio, fue más allá y precisó que los cuatro países de la UE miembros del Consejo de Seguridad discrepan en asuntos como el levantamiento de las sanciones a Irak, la reconstrucción del país o el regreso de los inspectores. Ante semejante división de posturas, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, optó por suprimir las palabras más duras del discurso pronunciado ayer ante la Conferencia Europea, el foro que agrupa a cuarenta países del viejo continente. En la versión difundida inicialmente por su gabinete, Annan decía «no sería de recibo que la ONU jugase un papel subalterno, bajo la autoridad de una potencia ocupante». En la versión definitiva, mantuvo el concepto de «poder ocupante» para referirse a EE.UU. y el Reino Unido, algo que la presidencia griega omitió de su declaración, porque, como dijo Simitis, «cuando se intenta hallar un compromiso entre todos hay que encontrar un lenguaje que sea aceptable para todos».