Cuenta atrás para el juicio por el crimen de Cabanas: las claves de diez años de investigación para dar con el asesino
![Bea Abelairas](https://img.lavdg.com/sc/zYr7kDvX7bLZ3gOvKSWXOD1aIXY=/75x75/perfiles/1417020480513/1638124071851_thumb.jpg)
FERROL
![Roger Serafín Rodríguez, autor confeso del crimen de Cabanas.](https://img.lavdg.com/sc/DRBt4E2JvLpjMImCQeGltuBD1Cg=/480x/2024/01/01/00121704111902349922329/Foto/F_20231019_204427000.jpg)
La violación y asesinato de Elisa Abruñedo se juzgará en la Audiencia de A Coruña tras quince meses de instrucción. Hay un único encausado que confesó 48 horas después de ser detenido
06 feb 2025 . Actualizado a las 23:12 h.El crimen de la vecina de Cabanas Elisa Abruñedo está a unas semanas de llegar a juicio. Han sido diez años de investigaciones, muy complicadas, de la Guardia Civil y quince meses de acciones, no menos sencillas, de un juzgado saturado de trabajo, el de Instrucción 2 de Ferrol. Sin embargo, la semana pasada, como ya adelantó La Voz, la jueza cerraba la instrucción y este jueves hacía público que el caso ya depende de la Audiencia Provincial de A Coruña. A los responsables de este órgano les queda reservar varias jornadas para un juicio que se prolongará, tanto o más, que el recientemente celebrado por la muerte de Samuel Luiz. También será un jurado popular el encargado de decidir sobre la culpabilidad del detenido, un vecino de Narón de 50 años que se llama Roger Serafín Rodríguez y que de niño también vivió en Cabanas.
Esta vez las deliberaciones pueden estar marcadas por la confesión del arrestado. La segunda noche que pasó en el calabozo se derrumbó y admitió lo que llevaba diez años callando: se encontró a Elisa de paseo cuando volvía de una batida al final de una tarde y la cazó como a una presa para agredirla mortalmente. Su cuerpo quedó tendido en una zona boscosa, hasta que lo encontraron dos de los muchos vecinos que salieron a buscarla.
La jueza que ha llevado la instrucción afirma que hay «indicios razonables de criminalidad» y realiza una reconstrucción de los hechos en la que sitúa a Roger Serafín conduciendo su «vehículo durante la tarde del 1 de septiembre de 2013 y, tras observar caminando en solitario por el margen izquierdo de la vía a la víctima, dejó el coche mal estacionado en un camino vecinal -según su auto-. A continuación, el acusado, según los indicios existentes, la abordó por detrás, la golpeó y la inmovilizó. Después, la llevó hacia una zona boscosa existente al margen de la carretera hasta alcanzar un lugar oculto a la vista, donde la agredió sexualmente. Acto seguido, valiéndose de una navaja, cuchillo o similar que guardaba en el bolsillo del pantalón, supuestamente la apuñaló en el torso y el cuello, lo que le provocó su muerte».
En la documentación con la que se decreta la apertura de juicio oral se recogen las declaraciones del acusado y de los vecinos de la parroquia de Lavandeira que encontraron el cuerpo de la mujer tras organizarse en batidas, completamente horrorizados por el hecho de que Elisa pudiese desaparecer en un paseo que era una rutina diaria alrededor de su casa con la que cumplía desde hacía años. A veces iba con una amiga, pero ese día salió sola. Todos los testigos acudieron a contar de nuevo su versión en los juzgados de Ferrol y se volvieron a evaluar los informes del Equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Ferrol, del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil de A Coruña, del Departamento de Biología del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, de la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo de la Unidad Técnica de Policía Judicial, del Servicio de Genética forense del Instituto de Ciencias Forenses Luís Concheiro y del IMELGA.
Roger Serafín ingresó en el penal de alta seguridad de León, Mansilla de las Mulas, tres días después de que le pusiesen las esposas en su lugar de trabajo y registrasen su casa ante sus vecinos de Narón. Apenas habla del caso, casi no llama a los suyos y trata de pasar inadvertido en las rutinas de un penal en el que también ingresó otro agresor sexual gallego José Enrique Abuín, el Chicle. Por no comunicarse, no se comunica ni con su abogado, Juan Pablo Barros, el segundo que le tocó en el turno de oficio, después de que la primera renunciase a llevar el caso. Durante este año ha visto como la mujer con la que mantenía una relación sentimental cuando lo detuvieron lo denunciaba por agresión sexual, aunque el juzgado no la creyó, y cómo embargaban su piso de Narón para hacer frente a las posibles indemnizaciones que correspondan a los hijos de Elisa. También para ellos llega un momento importante y ejercerán la acusación particular para lo que han contratado a dos abogados de Ferrol: Rafael Díaz y Beatriz Rubín.