Darfur, el primer gran desastre humanitario del siglo XXI

Javier Martín EL CAIRO

INTERNACIONAL

REUTERS

Con Ruanda en la retina, los organismos internacionales fijan ahora su mirada en la región oeste de Sudán donde continuas masacres empiezan a provocar mareas de desplazados

25 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Kilómetros de chabolas, hombres heridos, mujeres violadas y niños famélicos se hacinan en los alrededores de las tres grandes ciudades de la región de Darfur, al oeste de Sudán, donde una de las guerras olvidadas de África amenaza con tornarse en el primer gran desastre humanitario del siglo XXI. «Esa es la imagen que te puedo relatar. No es exagerado decir que es la mayor tragedia desde la crisis de Ruanda», asegura Esther López Torres, una de las delegadas en Sudán de Cruz Roja España. La cooperante, que trabaja desde hace más de un año en el país, llegó días atrás a Yeneina, capital de Darfur occidental, cerca de Chad. «Desde hace un año y medio los niveles de violencia son enormes. Hay centenares de mujeres y niñas violadas. Es un proceso de marcha atrás muy triste. Años de trabajo que con la guerra se desvanecen», asegura López Torres. «No ha habido repercusión en los medios de comunicación para la magnitud de la tragedia», se queja. La guerra olvidada de Darfur estalló hace un año y medio, y desde entonces enfrenta a los rebeldes del Movimiento de Liberación de Sudán (MLS) y el Movimiento por la Justicia y la Igualdad (MJI) con milicias progubernamentales y soldados del Ejército regular de Jartum. Las tribus africanas, apoyadas por organizaciones de derechos humanos, acusan al régimen islamista del presidente sudanés Omar Hasán al Bachir de armar a milicianos árabes (los janjaweed ) y animarles a perpetrar una limpieza étnica. En la última matanza conocida, janjaweed a lomos de camellos mataron el pasado sábado a unas 60 personas cerca de Nyala, capital de la provincia sur de Darfur, a donde ahora se han trasladado los combates más fieros. «La masacre se perpetró después de que el presidente Al Bachir se reuniese con los jefes milicianos y les ordenara intensificar sus ataques antes de que lleguen a la zona los equipos de vigilancia del alto el fuego», denunció el domingo Meny Arku Menawy, uno de los líderes del MLS. «Aún así, la situación de seguridad ha mejorado un poco desde el alto el fuego de abril. La violencia más enconada fue en enero y febrero. Sin embargo, todavía hay muchos guerrilleros fuera de control. Atacan a los refugiados y les roban el ganado», explicaba López Torres. En este sentido, la cooperante española subrayó que la primera y más apremiante necesidad que debe cubrir la comunidad internacional es «garantizar la seguridad en la zona» y presionar al Gobierno de Jartum para pacificarla. «La población ha migrado de un lado a otro huyendo de los ataques. Ahora se concentran alrededor de las ciudades en enormes barriadas espontáneas levantadas con lonas de plástico», describe la delegada de Cruz Roja. Según cifras de la organización, en Darfur vagan unos 850.000 desplazados internos, mientras que en los campos de refugiados instalados en el vecino Chad se resguardan cerca de 150.000 personas, en su mayoría mujeres y niños. El agua escasea y las enfermedades han empezado a propagarse: un panorama con trágicos referentes.