
Washington criticó por primera vez a su aliado mientras China y Rusia le expresan su apoyo Un partido de la oposición ha contabilizado 745 muertos por la represión en Andiján
17 may 2005 . Actualizado a las 07:00 h.El presidente uzbeko, Islam KarÍmov, enfrentaba ayer una creciente presión internacional contra su régimen autoritario, mientras según un partido de oposición la represión de la insurrección provocó al menos 745 muertos. Los miembros de Ozod Dejkonlar (Campesinos Libres), que no tiene ideología islamista recorren puerta a puerta Andiján para interrogar a los habitantes y anotar los nombres de las víctimas. Según este recuento, 542 muertos eran habitantes de Andiján y 203 de Pajtaabad, una localidad de su periferia. El cómputo oficial de víctimas también aumentó notablemente, pues el fiscal general uzbeko, Rashitjon Kadyrov, anunció que la insurrección en esta ciudad del este del país provocó 169 muertos. Según el fiscal, los acontecimientos de Andiján dejaron «169 muertos, de ellos 32 miembros de las fuerzas del orden, 3 mujeres y 2 niños». Las informaciones dando cuenta de más de 500 muertos «son una desinformación voluntaria de la comunidad internacional», añadió el fiscal. EE.UU. rompe el silencio La diplomacia estadounidense, criticada por la oposición uzbeka por su silencio -ya que el presidente Karímov permite a Estados Unidos utilizar una base aérea cerca de la frontera afgana-, salió de su silencio el lunes por la noche. La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, llamó a Uzbekistán a adoptar reformas políticas con el fin de evitar en el futuro más confrontaciones sociales. Rice hizo estas declaraciones en el avión en el que regresaba a Estados Unidos tras realizar una visita sorpresa a Irak. El régimen uzbeko es acusado por los movimientos de derechos humanos de reprimir toda oposición bajo el pretexto de luchar contra el integrismo. China y Rusia le han dado su apoyo a Karímov, a la vez que lamentaron las «víctimas inocentes». Por su parte, el ministro de Exteriores británico, Jack Straw viajó ayer a Washington para tratar con Condoleezza Rice la situación en Uzbekistán. La actitud crítica del Reino Unido en los últimos días hacia el régimen de Karímov contrasta con los informes publicados ayer por el diario The Guardian. Según este periódico, desde que Uzbekistán se convirtió en aliado de EE.UU. y Occidente en la guerra contra el terrorismo, Londres ha aumentado considerablemente sus ventas de armas a este país.