El Gobierno estadounidense rechazó ayer dar su apoyo a la propuesta israelí de expulsar a Irán de la ONU después de que el presidente Mahmud Ahmadineyad hiciera el miércoles un llamamiento a la destrucción del Estado de Israel. «Irán es miembro de las Naciones Unidas», indicó el portavoz del Departamento de Estado, San McCormack, agregando que lo que hará Washington es «animar a Irán a empezar a comportarse de una manera responsable como miembro de la comunidad internacional». Al respecto, afirmó que Irán debería detener el desarrollo de armas nucleares bajo el paraguas de un programa civil, dejar de apoyar al terrorismo y poner fin a la opresión contra su propio pueblo. Por su parte, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, expresó su consternación por la declaración del presidente Ahmadineyad, de que Israel debería ser «borrado del mapa», y recordó que «Israel es miembro de la ONU desde hace mucho tiempo con los mismos derechos y obligaciones que los demás». También insistió en que, según la Carta de la ONU, todos los países miembros «deben abstenerse de amenazar o usar la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado». Annan anunció que visitará Irán en las próximas semanas para tratar con las autoridades de Teherán el proceso de paz en Oriente Medio y el derecho de todos los Estados del área de «vivir en paz y seguridad y con fronteras reconocidas sin amenazas y actos de fuerza». El primer ministro de Israel, Ariel Sharon, ha pedido a su embajador en la ONU, Dan Guillerman, que comience los trámites para solicitar la expulsión de Irán de este organismo internacional. Por su parte, la Unión Europea adoptó una declaración, en la cumbre celebrada ayer en Hampton Court, en la que condena las polémicas declaraciones de Mahmud Ahmadineyad.