Calderon busca el consenso para sacar adelante su plan de empleo

Javier Herrero SERVICIO ESPECIAL | MÉXICO D.F.

INTERNACIONAL

Análisis | Elecciones en México Los resultados preliminares dan el triunfo al candidato conservador, mientras que las autoridades electorales insisten en que hay que esperar a los resultados definitivos

04 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Con el 98,45% de casillas computadas a través del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del Instituto IFE, el candidato panista Felipe Calderón aventaja con algo más de 14 millones de votos (36,38%) a Andrés Manuel López Obrador, del PRD, que supera los 13 millones y medio (35,34%). La diferencia entre uno y otro es solamente de 402.708 votos, 1.04%. Hoy comenzará en los 300 consejos distritales la suma de las actas de escrutinio y cómputo. Será entonces cuando se pueda precisar el número de votos que ha obtenido cada una de las candidaturas. Lo único seguro es que el PRI con su candidato Madrazo ha tenido una derrota contundente. De confirmarse hoy los resultados obtenidos en el PREP y a la espera de posibles impugnaciones por parte de López Obrador, el próximo presidente de México para los próximos seis años sería Felipe Calderón Hinojosa, del Partido de Acción Nacional (PAN), que a partir del próximo diciembre se convertiría en el sucesor de Vicente Fox, también panista. El sexenio de Calderón tendría que estar marcado por lo que él ha insistido en llamarse durante la campaña electoral: el presidente del empleo. Cinco puntos aparecen como fundamentales en su programa: competitividad, estado de derecho y seguridad, política territorial, desarrollo sustentable e igualdad de oportunidades para combatir la creciente desigualdad del país. En lo fiscal, propone un impuesto sobre la renta de tasa única del 25% para crecer y atraer inversiones. Lo relativo a su política energética cree que es urgente reducir los costos de la electricidad y aunque no está a favor de la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex), sí que pide la asociación con Shell en un yacimiento frente a las costas de la ciudad de Matamoros. Sabedor de que si alcanzaba la presidencia sería por minoría y necesitaría las alianzas, insiste ahora en la necesidad de una coalición negociada con partidos, legisladores y gobernadores para establecer el rumbo del «México que queremos para el 2030». Y sabe que en política exterior debe mejorar las relaciones con Latinoamérica, pues en el sexenio Fox no han sido pocos los errores. Pero EE.UU. seguirá siendo el referente. De personalidad gris, la clave de su campaña electoral ha estado en la perseverancia, el saber rectificar a tiempo una campaña que iba sin rumbo concreto y la estrategia del miedo a López Obrador que parece haber triunfado entre las clases medias. Tampoco hay que olvidar que la poderosa clase empresarial y las grandes fortunas lo han apoyado desde el inicio. Aunque su carácter religioso y conservador le ha restado votos en los ambientes más liberales por sus opiniones sobre sexualidad y familia, seguro que los ha obtenido de las clases más conservadoras que abundan en el PAN, su partido de toda la vida.