El escudo antimisiles de EEUU y la independencia de Kosovo son asuntos innegociables

Colpisa

INTERNACIONAL

Moscú recuerda que estos dos temas son «líneas rojas» que amenazan a su seguridad.

03 sep 2007 . Actualizado a las 15:56 h.

Rusia advirtió que existen «líneas rojas», concernientes a su seguridad, sobre las cuales no negociará, como el despliegue de un escudo antimisiles estadounidense en el este de Europa y el caso de Kosovo, según declaró el lunes su ministro de Relaciones Exteriores Serguei Lavrov.

«Pese a la política de no confrontación con Rusia, existen lo que llamamos líneas rojas, o sea, puntos que representan una amenaza real para nuestra seguridad o para el orden internacional», afirmó Lavrov en un discurso ante los universitarios de la principal facultad de relaciones internacionales de Moscú.

«Entre esos temas figuran el proyecto de instalación de bases antimisiles en Europa central y el problema de Kosovo», subrayó el jefe de la diplomacia rusa. A continuación, Lavrov dejó claro que «Rusia no negocia (sobre esos puntos)» y que «nuestros socios internacionales lo deben entender». El ministro puso así el dedo en la llaga de los principales problemas de la relación entre Estados Unidos y el presidente ruso, Vladimir Putin, que esgrime el enorme potencial en gas y petróleo de su país para reconstruir el poder de Rusia en los sectores militar y diplomático.

En este sentido, Lavrov señaló que hay quien está preocupado por «el rápido resurgimiento de nuestro país como uno de los líderes mundiales». «Sin embargo, eso no significa que hay que levantar de nuevo otro mito sobre la amenaza rusa», puntualizó.

Aliado de Serbia

En cuanto al tema de Kosovo, Moscú es un cercano aliado de Serbia, por lo que se muestra reticente a aceptar un futuro estatus de independencia para la provincia serbia de mayoría albanesa, actualmente bajo administración de la ONU. Estados Unidos, por su parte, defiende abiertamente el plan para dotar a Kosovo de un estatus que se debate actualmente entre las partes implicadas con la intervención de Naciones Unidas. Es más, Washington ya sugirió en meses pasados que podría reconocer unilateralmente la independencia de la provincia del sur de Serbia si la ONU fracasa en su intento de hacer que se apruebe el plan preparado.

Rusia también rechaza el proyecto estadounidense de instalar algunas bases de un sistema antimisiles estadounidense en Polonia y la República Checa --con el objetivo oficial de interceptar posibles misiles procedentes de Irán o Corea del Norte-- porque considera esa iniciativa como una amenaza directa. El hecho de que Lavrov lo incluyese este lunes entre esas «líneas rojas» innegociables para Rusia hace prever un aumento de la tensión diplomática con Washington.

Problemas con Gran Bretaña

El jefe de la diplomacia rusa también aprovechó su discurso en el foro universitario para referirse a la controversia actualmente abierta con Gran Bretaña, debido al asesinato, en noviembre de 2006, en Londres, del ex espía ruso Alexandre Litvinenko.

Lavrov lamentó el «ruidoso espectáculo propagandístico» dado por Gran Bretaña a la investigación del crimen, por el que los británicos ya solicitaron la extradición del principal sospechoso, un ex agente del KGB, Andrei Lugovoi, que fue acusado del asesinato. «Es una pena que en ausencia de pruebas convincentes sobre su culpabilidad (del principal sospechoso), Londres haya dado un ruidoso espectáculo de propaganda», afirmó.

Rusia se ha negado a extraditar a Lugovoi, quien por su parte niega la autoría del asesinato de Litvinenko. «Gran Bretaña se convirtió, voluntaria o involuntariamente, en actor de una provocación contra Rusia», recalcó el canciller. El Gobierno británico ha dado asilo político a importantes opositores de Putin como el influyente hombre de negocios, Boris Berezovsky, ex aliado del Kremlin, y el rebelde checheno Akhmed Zakayev.