La Comisión Europea y la nueva Presidencia de la UE, que ostenta Eslovenia, celebraron ayer en Liubliana la tradicional reunión de comienzo de mandato presidencial, concentrándose en las prioridades que este pequeño país de apenas dos millones de habitantes, parte en su día de la extinta Yugoslavia, cuenta desarrollar durante los meses que va a estar al frente de la Unión.
El primer ministro esloveno, Janez Jansa, manifestó que su Gobierno va a dedicar sus esfuerzos principales a la gestión global del proceso de ratificación del Tratado de Lisboa, que se acometerá a lo largo del ejercicio y en su casi totalidad por trámite parlamentario. Solo Irlanda, hasta la fecha, parece obligada a celebrar un referendo.
En segundo lugar, las autoridades eslovenas apuestan por activar el proceso de convergencia de los países balcánicos occidentales con la Europa comunitaria. Dos son los retos mayores que encara en este campo, y los dos exceden ampliamente sus capacidades políticas: la aceptación por parte de Serbia de un Tratado de Asociación y Estabilización (TAE) con la UE, cuya firma está prevista para el 28 de este mes, y el estatuto de independencia supervisada de Kosovo, que Europa quiere imponerle a Belgrado y por lo que, a cambio, ofrece una perspectiva de plena adhesión acelerada.
Pero Liubliana quiere también activar la firma del Tratado de Asociación y Estabilización de Bosnia y Herzegovina, la candidatura de Macedonia, resolver los problemas planteados en las negociaciones de adhesión de Croacia y el futuro europeo de Montenegro, que cuenta ya con un TAE.
Energía y cambio climático
Junto a todo ello, las autoridades eslovenas deben gestionar los acuerdos europeos sobre energía y cambio climático, y dar nuevos ímpetus a la mortecina estrategia de Lisboa, en momentos de incertidumbre para el desarrollo económico.
La crisis de Kosovo se anticipa como la más complicada de resolver, pero Janez Jansa advirtió ayer sobre los riesgos que plantea Bosnia y Herzegovina, donde los acuerdos de paz no están siendo cumplidos y el descontento aumenta.