Veltroni aúpa para las generales a desconocidos y Berlusconi siembra la polémica al ir con un fascista
INTERNACIONAL
La campaña para las elecciones generales que afrontará Italia en abril comienza con la noticia de que Romano Prodi, hasta ahora jefe del Gobierno, dejará la política, porque «la fase de la unidad del centroizquierda ha sido superada y ahora le toca a otro llevarla adelante». Aún conservando la presidencia del Partido Democrático (PD), Prodi ha dejado libertad a Walter Veltroni para confeccionar las listas y las alianzas, que han supuesto verdaderos quebraderos de cabeza.
Veltroni, deseoso de presentar caras nuevas y jóvenes, ha escogido a desconocidos como Marianna Madia, una estudiante de 24 años que encabezará la lista por Roma. Los grandes fichajes del centroizquierda son Matteo Colaninno, joven empresario milanés, y Antonio Boccuzzi, obrero de la ThyssenKrupp. Su elección ha sido duramente criticada por la izquierda.
Más difícil lo ha tenido Silvio Berlusconi, con el Pueblo de la Libertad (PDL). Las listas han sido una decisión suya y han provocado discusiones entre Forza Italia y sus aliados de Alianza Nacional. La candidatura más criticada ha sido la del editor fascista Giuseppe Ciarrapico, cuyo anuncio ha coincidido con el de la candidatura de la periodista de origen hebreo Fiamma Nirenstein, quien criticó la elección de Ciarrapico. Este afirmó ayer que no reniega del fascismo, lo que ha desencadenado la polémica en el país. Entre los nombres conocidos del PDL está Santo Versace, hermano del diseñador asesinado, así como numerosas caras de la televisión.
Quien no ha logrado apoyos ha sido el ex ministro Clemente Mastella, que al retirar su apoyo a Prodi provocó la caída del Gobierno.