Montesinos exime a Fujimori de delitos contra los derechos humanos y justifica otros por razones de Estado

Efe

INTERNACIONAL

01 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El ex asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos exculpó ayer al ex presidente de Perú Alberto Fujimori (1990-2000) de los cargos que se le imputan en el juicio que se sigue contra él en Lima por violación de los derechos humanos, y donde ambos se reencontraron tras casi ocho años.

Montesinos rechazó, en calidad de testigo, acogerse a su derecho a guardar silencio. Y recalcó que aunque no «está garantizado el debido proceso», declararía por considerar que el ex presidente peruano no tiene «ninguna responsabilidad de los hechos de este proceso».

Fujimori es procesado por dos casos de violación de los derechos humanos: las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), donde murieron 25 personas, así como el secuestro del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer durante su Gobierno.

Montesinos afirmó que él, al igual que Fujimori, no tiene ninguna responsabilidad en esos sucesos, e insistió en que no respondería a «nada relacionado al 91 hacia atrás, ni del 92 hacia delante». Con lo que dejó claro que no iba a revelar información sobre el régimen fujimorista.

El ex asesor, que cumple una condena de 30 años por vender armas a las FARC, está considerado como el artífice de la gran trama de corrupción que llevó a la caída del régimen de Fujimori. Ayer justificó los delitos «por razones de Estado». Admitió que «sí» se pueden cometer delitos, tras reconocer que «por razones de Estado» se han interceptado conversaciones durante el régimen fujimorista.

Recordó que el Gobierno de Ronald Reagan (1981-89) armó a la contra nicaragüense para aplacar la revolución sandinista con «armas traídas de Irán», en alusión al Irangate. «El Perú no es una isla y si la primera potencia en época de bipolaridad tomó esa decisión, ¿por qué no lo podía tomar Perú para solucionar el problema de Sendero Luminoso y el MRTA?», se preguntó, al justificar la guerra antisubversiva que él diseñó entre los años 1990 y 2000.