El ex presidente iraní Mohamad Jatamí despejó ayer todas las dudas y confirmó que presentará su candidatura a las cruciales elecciones presidenciales del 12 de junio. Este político reformista es visto como el único candidato capaz de vencer en las urnas al actual presidente, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad.
En una multitudinaria rueda de prensa convocada en principio para presentar una nueva página web, Jatamí subrayó que acepta finalmente el reto con el objetivo de «resolver los problemas que acucian al pueblo iraní y elevar el estatus de Irán en el mundo». «De forma oficial, confirmo mi candidatura para las elecciones. Nunca he dudado. No es posible permanecer indiferente ante el destino de la revolución ni distante del proceso electoral», afirmó Jatamí, rodeado de varios de sus principales colaboradores.
Su candidatura, como la del resto de los aspirantes, debe ser ahora aprobada por el poderoso Consejo de Guardianes. En este sentido, Jatamí subrayó ayer que espera que las elecciones se celebran «en una atmósfera de libertad y que haya una amplia participación». «Espero que no haya limitaciones para ningún candidato y que la gente acuda a las urnas», agregó.
Campaña en Facebook
El ex presidente de 65 años se ha resistido durante mucho tiempo a volver a la política, pero los reformistas no han cedido hasta hacerle cambiar de opinión. Sus seguidores recogieron firmas a través del portal Facebook para convencerlo. Para ellos solo él tiene el carisma necesario para ganar a Ahmadineyad. «Solo Jatamí puede mover a las masas. Y si todos votan, entonces lo conseguiremos [sustituir a Ahmadineyad]», afirma el reformista y ex viceministro del Interior Mustafá Tayadeh. También el ex vicepresidente Mohamed Alí Abtahi comparte este punto: «Se trata de los que en el 2005 se quedaron en casa, y con ello hicieron posible el triunfo de Ahmadineyad, vuelvan a votar».
El ultraconservador Ahmadineyad está sometido a críticas por las promesas incumplidas en materia de reformas económicas, incluso por algunos correligionarios y seguidores. También en la política exterior, con su postura férrea en la disputa nuclear y con sus eslóganes contra Israel han granjeado al país más aislamiento y sanciones por parte de la ONU.