Algunos países habrían propuesto su expulsión y la entrada de España
08 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.A pocas horas de que comience en L'Aquila la cumbre del G-8, las críticas llueven sobre la caótica organización italiana. Medios de comunicación ingleses acusan a Silvio Berlusconi de no haber sabido organizar ni los contenidos de la reunión ni acercar en la elección de la sede. Sobre el programa, el diario británico The Guardian afirma que Estados Unidos ha tenido que tomar el control ante la falta de planificación italiana, por lo que algunos miembros del grupo, formado por EE.?UU., Japón, Alemania, el Reino Unido, Canadá, Francia, Rusia e Italia, habrían sugerido la expulsión de Italia.
El citado periódico recoge las quejas de un funcionario de uno de los países participantes: «El G-8 es un club y los clubes pagan cuotas. Italia no las ha pagado». Algunos países habrían analizado la posibilidad de que España sustituya a Italia en el G-8, lo que supondría una auténtica bofetada para el Estado transalpino, ya muy dolido en el pasado por la polémica generada en torno al PIB español y que provocó tensión diplomática entre el entonces Gobierno de Romano Prodi y el de Zapatero.
Hay que recordar que Obama no recibió a Berlusconi hasta el 15 de junio, cuando acudió a Washington para establecer la agenda definitiva del G-8. Los estadounidenses asumieron el control a última hora, agrega el citado periódico, y han convocado conferencias para dar relevancia a la cita. Algunos diplomáticos criticaron el hecho de que el documento de la declaración final contenga pocos elementos nuevos. Aún así, Il Cavaliere salió al paso de las críticas diciendo que las acusaciones provienen de un «pequeño diario» y que tiene el apoyo de más del 64% de los italianos.
La decisión del primer ministro de trasladar la sede de la reunión de Cerdeña a L'Aquila, la ciudad devastada por un terremoto en abril, ha aumentado los problemas. A la imposibilidad de que la ciudad pueda albergar a las delegaciones y a los periodistas se une el temor a otro seísmo, pues las réplicas están siendo frecuentes.
La organización dice que en caso de que se registrase un nuevo seísmo, tiene un plan B, que consistiría en evacuar en helicópteros a los líderes mundiales y seguir las reuniones en Roma. La cumbre se inicia hoy con la reunión de las ocho potencias, que se enfrentan a una crisis económica sin precedentes. También se tratará el cambio climático, la seguridad alimentaria y la ayuda al desarrollo. Se hablará, además, de los disturbios en China, Irán y Honduras, así como de la tensión con Corea del Norte.