«Vimos a Clinton y entendimos que la pesadilla había acabado»

Victoria Toro

INTERNACIONAL

El Gobierno de Obama insiste en desvincular la liberación de las reporteras del diálogo nuclear con Pyongyang

06 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Fue un clásico final feliz al estilo Hollywood. Treinta horas antes de aterrizar en un avión privado en el aeropuerto Bob Hope, de Burbank, a las afueras de la capital del cine, las periodistas estadounidenses Euna Lee y Laura Ling vivían la pesadilla de haber sido condenadas a 12 años de trabajos forzados por haber entrado de forma ilegal en Corea del Norte. Pero entonces, el ex presidente Bill Clinton llegó a Pyongyang, logró el indulto oficial y la pesadilla llegó a su fin.

La primera que bajó del avión fue Lee, que se lanzó a abrazar a su hija Hanna, de 4 años, y a su marido. Tras ella descendió Ling, a la que también esperaba su esposo. Con la voz rota por la emoción, Ling dijo: «Los últimos 140 días han sido los más difíciles de nuestras vidas». Y añadió que hacía solo treinta horas que creían que las enviaban a cumplir su condena a trabajos forzados cuando las trasladaron de lugar, pero cuando se abrieron las puertas «vimos frente a nosotras al ex presidente Bill Clinton. Nos quedamos anonadadas, pero entendimos que, finalmente, la pesadilla había acabado», explicó Ling.

Tras ellas bajó del avión, entre los aplausos de los convocados, Bill Clinton. Lee y Ling son reporteras del canal Current TV, propiedad de Al Gore. Y también el ex vicepresidente esperaba a las periodistas. «Tenéis que saber que la pequeña Hanna ha sido una gran chica -les dijo Gore- y que tu madre, Laura, lleva dos días preparándote una comida especial».

Desvinculación

No obstante, la Administración Obama volvió a insistir ayer en que las gestiones que lograron la liberación de dos periodistas fueron al margen de cualquier negociación sobre la desnuclearización norcoreana. «Si Corea del Norte quiere mejorar sus relaciones con Estados Unidos -dijo el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs-, es hora de que cumplan los compromisos que asumieron».

Sobre el papel del ex presidente en una mediación, Gibbs no descartó que Obama pueda darle en el futuro algún papel oficial, aunque volvió a recordar que el viaje de este a Corea del Norte fue «una misión privada. El avión no era del Gobierno y no lo pagó el Gobierno», explicó.

Por la mañana, Barack Obama expresó su «enorme agradecimiento» al ex presidente Clinton por su tarea humanitaria. Pero horas más tarde, y en su primera reacción sobre las relaciones con Corea del Norte, lanzó un mensaje al régimen comunista: debe detener su programa nuclear y cesar por completo su conducta «provocativa».

Nadie duda que el éxito de la misión es un éxito para Hillary Clinton. La secretaria de Estado, que está de viaje en Kenia, afirmó que había hablado con su esposo cuando volaba hacia California y que las periodistas le había contado que «estaban muy emocionadas».