El PSOE suspende de militancia y cargo público durante 18 meses al edil santiagués Gonzalo Muíños por «indisciplina reiterada»
SANTIAGO
El partido se reserva la elección de un nuevo portavoz entre los concejales que permanezcan en el grupo municipal sin la certeza de quién seguirá bajo las órdenes socialistas; el expedientado sostiene que sigue en el partido y que recurrirá al comité de garantías y la justicia ordinaria si hiciera falta
17 ene 2025 . Actualizado a las 15:06 h.Tras meses de tramitación, el PSOE ha resuelto suspender de militancia y cargo público a Gonzalo Muíños, concejal en el Ayuntamiento de Santiago y hasta hoy portavoz del grupo municipal socialista. Esta decisión tendrá una vigencia de 18 meses, y está fundamentada en la «indisciplina reiterada» que el partido atribuye al hombre que sucedió a Xosé Sánchez Bugallo como referente en el pazo de Raxoi tras las elecciones municipales del 2023, cuyos resultados obligaron al ahora senador a ceder el bastón de mando pese a empatar a seis actas con el BNG. Los nacionalistas obtuvieron más votos y, en consecuencia, gobiernan en la capital gallega ostentando la alcaldía en un bipartito con Compostela Aberta (dos concejales) que son insuficientes para la mayoría (13), por lo que en los últimos meses han llegado a acuerdos muy relevantes con los socialistas (6), desde facilitar la alcaldía a Goretti Sanmartín hasta apoyar los presupuestos del 2024 y el 2025.
En esa dinámica de tiras y aflojas y posicionamientos comprometidos para facilitar la gobernabilidad y al mismo tiempo hacer oposición se forjó, entre otras cuestiones, la crisis que ha derivado en un árido y público enfrentamiento que han protagonizado el propio Muíños y el secretario xeral del PSdeG en Santiago, Aitor Bouza, con unas consecuencias todavía impredecibles en el seno del grupo local y provocando una incómoda situación para la dirección gallega, con un José Ramón Gómez Besteiro que hasta ahora ha tratado de mantenerse a una distancia prudente de este conflicto. En la práctica, esta decisión madurada durante meses que se resuelve en pleno proceso de renovación de la dirección autonómica supone que desde hoy mismo Muíños deja de representar al PSOE en el pleno compostelano y, si continúa en la vida política, pasaría a ser concejal no adscrito, porque no tiene la obligación de entregar su acta.
El instructor del expediente ha sido Moisés Rey, antiguo coordinador del PSOE provincial coruñés y miembro de la gestora del partido tras la dimisión de Emilio Pérez Touriño en el 2009. En la resolución, este identifica hasta un total de diez incumplimientos incompatibles con la disciplina de partido, pese a que se analizaron 15 situaciones diferentes que inicialmente eran susceptibles de sanción. Por cada una de las que finalmente han sido acreditadas, consideradas faltas graves o muy graves, se le han ido sumando períodos de tiempo de suspensión hasta alcanzar el año y medio, cuando todavía quedan 30 meses de mandato municipal.
Según el expediente, las sanciones responden fundamentalmente «a obstrución ó labor e decisións dos órganos do partido», y a la «actuación, por acción ou omisión, en contra de acordos adoptados polos órganos de dirección do partido». Además, siempre según el texto instruido por Rey, se constata el «incumprimento» de Muíños del compromiso firmado para poder formar parte de la candidatura socialista, en el que se recoge la «obligación de acatar resoluciones, directrices e instrucciones que dicten los órganos del partido, asumiendo las consecuencias ligadas a la indisciplina que deriven de ello», según replica textualmente el expediente.
Curiosamente, la resolución suaviza el roce que provocó el estallido público del conflicto entre el grupo municipal y la dirección orgánica en Santiago, que se evidenció en un pleno celebrado el 26 de junio del año pasado en una votación sobre la ordenanza relativa a las viviendas de uso turístico que explicitó las discordancias sobre el posicionamiento de los socialistas. Según el instructor, «quedou acreditado» que unos y otros, «no fondo da cuestión, defenderon exactamente o mesmo: a regulación dos pisos turísticos», y que las diferencias entre el grupo y la dirección local se basaban en realidad en el nivel de exigencia que se le quería imprimir a una decisión de voto que alfombraba la acción de gobierno del BNG, formación que unos meses antes, con Bugallo en la alcaldía, no había apoyado una propuesta del PSdeG al respecto.
La crisis continúa
El PSOE ha resuelto un expediente, pero ni mucho menos ha solucionado la crisis compostelana. En un comunicado, la agrupación provincial socialista recuerda que la separación inmediata de Muíños implica que el nuevo portavoz deberá ser escogido por la Comisión Executiva Municipal -el partido- entre los miembros restantes en el grupo municipal socialista. Y, al margen de los recursos que pueda presentar Muíños, por ahí seguirá el conflicto, porque además del expedientado, los cinco ediles restantes -Mercedes Rosón, Gumersindo Guinarte, Marta Abal, Mila Castro y Marta Álvarez- tienen igualmente un proceso abierto y latente que, en teoría, podría continuar el mismo camino que el de Muíños, porque los posicionamientos en votaciones como la del pleno de las viviendas turísticas fueron compartidas. Los seis ediles mostraron en un primer momento unidad de acción y así lo evidenciaron en los primeros meses de conflicto, aunque en las últimas semanas ha habido movimientos que apuntan a una división, y al menos dos concejales (Guinarte y Abal) podrían haber limado asperezas orgánicas para seguir a las órdenes del partido.
A la espera de reacciones, si algún edil de los cinco que continúan bajo el paraguas orgánico acompaña a Muíños en su salida de la órbita socialista, el bipartito liderado por Goretti Sanmartín se vería obligado a seguir negociando cada decisión relevante con el PSOE, pero también con los ediles no adscritos. Si estos son dos o más, hasta podrían sumar mayoría con el PP (11 concejales), pero el expedientado ya ha dejado claro en un debate celebrado ayer en Raxoi que su grupo «nunca» va a apoyar a un candidato popular.
Cuatro meses por no convocar al responsable municipal del partido
La resolución de la comisión ejecutiva federal es exhaustiva, y desgrana cada falta cometida por Muíños con su correspondiente sanción en forma de tiempo de suspensión. Para el PSOE, el hecho más trascendente, calificado como «muy grave», fue la no convocatoria del responsable de política municipal (partido) a las reuniones del grupo municipal, cuestión por la que se propone una suspensión e inhabilitación de cuatro meses. Pero hay otros dos puntos por los que se repite esa sanción temporal: el incumplimiento de la obligación de coordinación con la Comisión Ejecutiva Municipal; o negarse a sustituir a dos trabajadores eventuales que habían colaborado en la etapa de Bugallo. Por otras dos decisiones atribuidas a Muíños, como impedir que personal adscrito al grupo municipal participase en actividades del partido, el expediente suma otros cuatro meses, en este caso con faltas consideradas graves. Y resuelve con apercibimientos algunos posicionamientos concretos de los últimos meses que no fueron consensuados con el partido o declaraciones en medios de comunicación referentes a la crisis política.
Muíños dice que sigue en el PSOE
En un comunicado remitido a los medios a última hora de la mañana, Muíños expresa su sorpresa por enterarse de la resolución a través de los medios, y anuncia un recurso ante la Comisión Federal de Ética e Garantías con la «convicción» de haber respetado siempre los ideales de un partido al que, asegura, «sigo pertencendo», una interpretación que no comparte el PSOE. Tampoco descarta acudir a la justicia ordinaria «na defensa dos meus dereitos», y termina su escrito diciendo que será «leal» a los votantes y al programa electoral del Partido Socialista «ata o último día do mandato». Muíños se reunió esta mañana con tres ediles de su grupo (Rosón, Castro y Álvarez) que, aparentemente, siguen alineados con el hasta ahora portavoz.