China se opone a la visita del Dalái Lama a Taiwán la próxima semana, aduciendo que este líder separatista quiere sabotear la mejora de las relaciones a los dos lados del Estrecho. El presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, accedió ayer al controvertido viaje del líder tibetano para bendecir a los damnificados por el tifón Morakot , el más destructivo de los últimos 50 años.
«El Dalái Lama no es para nada una figura religiosa. Bajo el pretexto de la religión, no dejó de implicarse en actividades separatistas», declaró un portavoz de la Oficina de Asuntos Taiwaneses del Gobierno chino.
Para minimizar el impacto sobre los lazos con Pekín, la oficina del presidente taiwanés había insistido en el carácter religioso del viaje. «La visita se ha permitido como religiosa y humanitaria, por lo que no debe dañar los lazos con Pekín», dijo el portavoz presidencial, Wang Yu-chi.
«Hemos decidido aceptar la visita del Dalái Lama para rezar por las almas de los difuntos y bendecir a los supervivientes del tifón», dijo el presidente Ma a la prensa, consciente de que esta decisión molestaría a China. El líder tibetano expresó el año pasado su deseo de visitar Taiwán, pero en esa ocasión el Gobierno rechazó la oferta aduciendo que el momento no era oportuno.
El presidente taiwanés está empeñado en revertir la política de antagonismo hacia China de su predecesor, Chen Shui-bian, y ha buscado la distensión y el acercamiento civil y económico con Pekín, sin cesiones en el tema de la soberanía. Ma reinició las negociaciones con China, interrumpidas durante más de diez años, y ha firmado importantes acuerdos económicos y financieros con Pekín y permitido los vuelos directos entre las dos partes, suspendidos desde 1949.
El Gobierno chino se opone a las visitas del Dalái Lama a sus países aliados y sus contactos con altos funcionarios de esos países.
El líder tibetano ha sido invitado por los alcaldes independentistas de la zona sureña afectada por el tifón Morakot , que causó 463 muertos y 190 desaparecidos.