La Casa Blanca ha intentando suavizar en parte la repercusión de la visita que el Dalái Lama hace hoy al presidente estadounidense, para no enfurecer más a China. El portavoz del líder espiritual de los tibetanos en el exilio afirmó ayer que Barack Obama ha optado por no aparecer en público junto al líder tibetano tras la reunión que mantendrán en Washington.
El Dalái Lama es el presidente del Gobierno tibetano en el exilio desde 1959. China lo acusa de promover la independencia del Tíbet, aunque él lo niega. Pero la figura de este hombre ha enturbiado las relaciones entre Estados Unidos y China, ya que todos los presidentes estadounidenses lo han recibido desde hace veinte años. La estrategia de Obama de no aparecer con él en público también fue adoptada por el ex presidente George W. Bush. Además, el mandatario estadounidense no recibirá al tibetano en el Despacho Oval, donde se reúne con los jefes de Estado, sino en otra sala de la Casa Blanca.
Todo para evitar que las relaciones entre Pekín y Washington se deterioren más. Y es que esta recepción está precedida por la decisión de EE.?UU. de vender armas a Taiwán y la acusación de Google al Gobierno chino de ejercer la censura en Internet, temas que en las últimas semanas han aumentado la tensión entre ambos Estados.
Política exterior
Cuando la Casa Blanca anunció que el encuentro entre Obama y el Dalái Lama tendría lugar hoy, el Gobierno de Pekín pidió que se suspendiera y amenazó a Estados Unidos con que las relaciones entre ambos países podrían tensarse aún más.
La Casa Blanca no canceló la reunión, pero sí la ha programó de forma que cause menos daño a su política exterior. Y es que Obama espera del gigante asiático apoyo para la lucha contra el cambio climático y, sobre todo, para convencer a Corea del Norte e Irán de que abandonen sus pretensiones de fabricar armas nucleares.
Y quizá la estrategia ha funcionado en parte para Washington ya que ayer, solo unas horas antes del encuentro de hoy, se supo que el portaviones estadounidense Nimitz llegó a Hong Kong para una escala de cuatro días con la aprobación de Pekín. A finales del 2007, cuando el ex presidente Bush se reunió con el líder tibetano, China negó el permiso para hacer una escala en ese mismo enclave al buque estadounidense Kitty Hawk .