Sarkozy mantiene al ministro de Trabajo pese al escándalo L'Oreal

La Voz REDACCIÓN/LA VOZ.

INTERNACIONAL

El fisco investigará las finanzas de la heredera de la firma de cosméticos, acusada de fraude fiscal

28 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«¿Mantengo mi confianza en el ministro Eric Woerth? Sí, total y completamente. Y si me hacen la misma pregunta mañana, les daré la misma respuesta». Con estas palabras intentó zanjar ayer Nicolas Sarkozy las acusaciones contra su ministro de Trabajo sobre su implicación en el fraude fiscal de la mujer más rica de Europa y heredera de L'Oreal, Liliane Bettencourt, un escándalo que salpica a su Gobierno desde hace una semana. Desde Toronto, donde participa en la cumbre del G-20, el presidente francés reiteró que confía en Woerth, mientras en París se anunciaba que el fisco llevará a cabo una revisión completa de las finanzas de Bettencourt.

A Sarkozy no le podía llegar en peor momento el escándalo. Mientras se afana en subir los impuestos y millones de franceses salen a las calles para manifestarse contra la reforma de las pensiones, el ministro encargado de dicha reforma está acusado de favorecer a una mujer inmensamente rica.

La prisa que muestra ahora el Gobierno por investigar las cuentas de Bettencourt no la tuvo hace un año. El expediente sobre un posible fraude fiscal llegó al parecer en el 2009 al Ministerio de Presupuestos, del que era titular Eric Woerth, quien además se ocupaba de recaudar dinero para su partido, el UMP. Bettencourt firmó a Woerth, a todas luces legalmente, cheques con donativos para la formación política. Ahora, el ministro más importante de Sarkozy está bajo sospecha de colisión de intereses. A eso hay que añadir que la mujer de Woerth, Florence, se ocupaba de gestionar las inversiones de capital de Bettencourt. Y esa labor también contempla evitar el pago de impuestos.

La historia saltó a la prensa la pasada semana al filtrarse las conversaciones entre Bettencourt y sus asesores, grabadas en secreto por su mayordomo.

Llegar «hasta el final»

La intención del Gobierno es llegar «hasta el final» y aclarar este escándalo, declaró ayer el sucesor de Woerth al frente de Presupuestos, François Baroin. Aseguró además que no hay ningún indicio sobre una hipotética intervención de Woerth en este caso, y lo definió como una persona que ha hecho mucho en la lucha contra el fraude fiscal.

El anuncio de Baroin de que se investigará a Bettencourt se produce después de que el encargado de gestionar la fortuna de la anciana, Patrice de Maistre, reconociera que tiene dos cuentas en Suiza no declaradas por valor de 78 millones de euros.

En conversaciones privadas de Liliane Bettencourt, cuyo contenido se divulgó en la prensa recientemente, se sugiere que la heredera puede tener propiedades en el extranjero no reveladas a las autoridades francesas con la presunta intención de evadir el pago de impuestos.

Los apoyos de Sarkozy y el primer ministro François Fillon no logran acallar a los que acusan a Woerth de dar trato de favor fiscal a Bettencourt.

La heredera de L'Oréal está también acusada por su propia hija de no estar capacitada para gestionar su dinero y de despilfarrarlo.

Ella respondió a esas acusaciones reconociendo que ha hecho regalos, pero que siempre lo hizo de forma voluntaria. «Tengo los medios para ser libre de mis actos», aseguraba dirigiéndose a su única hija, Françoise Bettencourt-Meyers.