Suspendido el juicio contra el amante de la heredera de L'Oréal

Esperanza Suárez PARÍS/LA VOZ.

INTERNACIONAL

El escándalo salpica a un ministro y pone en aprietos incluso a Sarkozy

02 jul 2010 . Actualizado a las 02:10 h.

La Justicia francesa ha decidido aplazar indefinidamente el juicio contra François-Marie Banier, amante de la mujer más rica del país. La clave está en las grabaciones del mayordomo. De ahí salieron el escándalo político que salpica al ministro de Trabajo de Nicolas Sarkozy y las supuestas pruebas de abuso de confianza con las que la hija de la heredera del imperio L'Oréal pretende incapacitar a su madre.

La magistrada de Nanterre, Isabelle Prévost-Desprez, se encargará personalmente de determinar la validez o invalidez jurídica de las cintas que revelan que Liliane Bettencourt tenía cuentas secretas y defraudaba a Hacienda mientras la esposa de Eric Woerth, entonces ministro de Presupuesto, trabajaba en la empresa de administración que la tiene como única clienta.

La sesión de ayer fue tan surrealista como el drama familiar que ha llevado a madre e hija a enfrentarse en los tribunales. La hija, decidida a incapacitar a la millonaria que dilapida su fortuna con un amante veinticuatro años más joven; la madre, que defiende su derecho a gastarse su dinero como le dé la gana. Los abogados de una y otra protagonizaron una agria discusión, mientras Banier, acusado de aprovecharse de la rica viuda, dibujaba impasible en su cuaderno.

Fue Françoise Bettencourt-Meyers, hija única de Liliane, quien aportó las grabaciones como prueba. Durante casi un año, el mayordomo de la millonaria se dedicó a esconder entre cojines un dictáfono con el que grabó la mayoría de sus conversaciones importantes. En ellas habla con sus asesores de evasión de impuestos, cuentas en Suiza y las Seychelles y los cheques que entregó al partido de Nicolas Sarkozy en las últimas elecciones regionales. Las grabaciones recogen también una conversación en la que se hace referencia a las gestiones del palacio del Elíseo ante la Fiscalía de Nanterre para que pidiera el archivo de la causa.

El actual ministro de Trabajo está en el ojo del huracán. Eric Woerth era ministro de Presupuesto y encargado de luchar contra el fraude fiscal cuando su esposa entró a trabajar en Clymène, la empresa que gestiona la fortuna Bettencourt. Florence Woerth ha presentado ya su dimisión y varias querellas por difamación: sostiene que nunca supo nada de las irregularidades financieras que la millonaria ya ha reconocido y ha prometido enmendar.

La oposición pide a gritos la cabeza del ministro, al que acusan de un conflicto de intereses que él insiste en negar. En el seno de su propio partido, la UMP, el caso ha dado pie para que los damnificados de Sarkozy exijan cuentas claras y división de cargos. Ni Alain Juppé ni Dominique de Villepin ven con buenos ojos que un ministro del Gobierno sea al mismo tiempo el tesorero del partido. Woerth ocupaba ya el cargo durante la campaña presidencial de Sarkozy.

El presidente lo defiende. El miércoles, en un almuerzo con diputados de su partido, le ofreció todo su respaldo: «Eric es la honestidad hecha hombre». Sarkozy negó haber otorgado ventajas fiscales a Liliane Bettencourt, «la mujer más rica de Francia, que se ha quedado en Francia? ¿hubiéramos preferido que se fuera a Suiza?».

Pero el acoso es tal que el propio ministro ha pedido que un tercero garantice la limpieza de su gestión y disipe las dudas sobre sus vinculaciones con la millonaria. El actual ministro de Presupuesto, François Baroin, anunció que recurrirá a la Inspección General de Finanzas para que investigue la posibilidad de un delito en las cuentas de Liliane Bettencourt y su relación con la esposa de su compañero de gabinete.

La oposición socialista ha solicitado ya la creación de una comisión parlamentaria, que no se pondrá en marcha al menos hasta octubre. Pero no dejan de producirse sorpresas. Ayer, Mediapart revelaba que la millonaria recibió de las arcas del Estado 30 millones de euros gracias al escudo fiscal que Sarkozy creó para proteger a las grandes fortunas del país.

En la vista, el fotógrafo y amante Banier tenía un aire ausente. La hija de la millonaria lo acusa de haberse apropiado de unos mil millones de euros aprovechándose de la debilidad de su madre durante los últimos 20 años. Ya hay un libro en el mercado sobre el culebrón:

La lady y el dandy.