El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo ayer que quiere acabar con los campamentos de gitanos de origen rumano y con otros grupos como solución a los enfrentamientos acaecidos en los últimos días entre jóvenes y policías.
«Los disturbios han mostrado de nuevo que hay problemas con el comportamiento de algunos miembros de la etnia gitana [de origen rumano] y otros grupos», afirmó Sarkozy.
La semana pasada, un policía disparó contra un joven de 22 años que intentaba huir de un control policial y se abalanzó con su coche contra dos agentes. Como consecuencia, decenas de personas de un campamento cercano atacaron el domingo pasado una comisaría de policía y provocaron graves destrozos en Grenoble.
Sarkozy anunció para el día 28 una reunión para analizar con los representantes de cada departamento la situación y decidir las expulsiones de todos los campamentos en situación irregular. Una de las medidas tomadas fue sustituir al jefe de partido de Loire-et-Cher, donde se produjo la muerte del joven y los consiguientes disturbios.
Varias asociaciones acusaron ayer a Sarzoky de «estigmatizar a los gitanos», lo que rechazó su portavoz. Este negó que se busque criminalizar a la etnia gitana de origen rumano. «No queremos estigmatizar a ningún grupo», dijo Luc Chantel.
El director de la asociación de defensa de los derechos de los gitanos y nómadas Fnasat-Gens du voyage, Stéphane Lévêque, aseguró a Efe que «no tiene sentido darle inútilmente una dimensión étnica al debate». Lévêque agregó que la anunciada desmantelación de los campamentos irregulares solo servirá para «crear tensiones y reforzar un sentimiento legítimo de rechazo» y no para «resolver sus dificultades».