Fallece el venezolano que durante seis años protagonizó ayunos por una confiscación

P. García Otero CARACAS/LA VOZ.

INTERNACIONAL

El disidente cubano Guillermo Fariñas reaccionó diciendo que Franklin Brito «es un muerto de Chávez»

01 sep 2010 . Actualizado a las 02:48 h.

Especialistas en derechos humanos hablaban ayer de posibles consecuencias para el Gobierno venezolano por la muerte del productor agropecuario Franklin Brito, de 49 años, quien falleció el lunes por la noche en el Hospital Militar de Caracas tras seis años de huelgas de hambre intermitentes que se convirtieron en un ayuno completo en diciembre del 2009.

En las sucesivas etapas de su protesta, provocada por la confiscación de un terreno de 14 hectáreas de su propiedad en Bolívar, Brito se cortó un dedo, se cosió la boca, y finalmente, en la Nochebuena del año pasado, ayunando frente a la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Caracas, fue llevado por la fuerza por la policía política al hospital castrense, donde se negó a recibir comida, agua y atención médica.

La mediación de la Cruz Roja lo llevó a aliviar su huelga extrema hace dos meses. Pero su estado era grave. Hace poco más de una semana, su hija Ángela informó de que fue intubado tras presentar deficiencia respiratoria, infección generalizada y pulmonía.

A lo largo del proceso, obtuvo tres promesas del Gobierno para devolverle las tierras o pagarle por ellas, pero en ningún caso se le devolvía la propiedad sobre su finca, ni se le certificaba el pago que le darían. Así que Brito volvía siempre a su ayuno.

El ministro de Agricultura y Tierras, Juan Carlos Loyo, aseguró que el Gobierno implementó todos los mecanismos necesarios para preservar la vida del productor. Sin embargo, dos reputados abogados constitucionalistas, Gonzalo Himiob y Alfredo Romero, señalaron que esta muerte «tendrá consecuencias» para el Gobierno.

Responsabilidad

«El Estado tenía la responsabilidad de negociar con Brito, y no hacer uso de un esquema de manipulación en el que incluso se usaron testimonios para desacreditarlo», indicó Romero; y señaló que su ingreso en el hospital Militar «constituye un caso de privación ilegítima de libertad. El Estado lo recluyó para resguardar su vida y no lo hizo. Y además, secuestrándolo», señaló.

La Unión Canaria de Venezuela lamentó el deceso de Brito y exigió «al Gobierno español y su representante, José Luis Rodríguez Zapatero, y al Gobierno de Canarias y a su representante, Paulino Rivero, condenar enérgicamente la violación de derechos humanos en Venezuela».

El disidente cubano Guillermo Fariñas señaló que Brito «es un muerto de Chávez», e indicó que se conocieron por teléfono durante su último ayuno.