El Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiaobo desata la furia de Pekín

Aira Katarina OSLO/AFP.

INTERNACIONAL

Sus abogados y amigos revelan que el premiado está incomunicado en prisión y aún no sabe que ha sido distinguido

09 oct 2010 . Actualizado a las 03:20 h.

«Por su larga y no violenta lucha por los derechos fundamentales en China». Esta es la razón que le ha valido el Premio Nobel de la Paz al disidente chino, Liu Xiaobo, arrestado desde el pasado mes de diciembre en una prisión. Más que indignarla, la decisión provocó una reacción enfurecida de la cúpula del poder chino, que la calificó de blasfemia y convocó de inmediato al embajador de Noruega en Pekín para transmitirle su malestar.

Si esto no fuese suficiente, el embajador del país oriental en Oslo también protestó, al parecer en términos fuertes, dijo el ministro del Exterior nórdico. Gahr Støre relató que el diplomático no se limitó a expresar su disgusto, sino que emitió «amenazas directas» al indicar que «habrá consecuencias». China entiende que la decisión es contraria a los principios del Nobel, ya que «Lu Xiaobo es un criminal condenado por el sistema judicial chino». Los intentos para explicarle que el Comité Nobel que entrega el premio es independiente del Gobierno noruego no hicieron mella.

Es la primera vez que un chino residente en China (salvo Hong Kong) recibe un Nobel en cualquiera de las categorías. Sin embargo, la noticia fue censurada en los principales sitios de Internet del país. Los SMS que contienen el nombre del premiado fueron bloqueados. La policía detuvo a una veintena de personas que celebraban el premio y lo interpretaban como un respaldo a toda la disidencia.

Según informa Efe, Liu Xiaobo todavía no sabe que ha recibido el Nobel porque se encuentra incomunicado en la prisión. Sus dos abogados y amigos más cercanos, Mo Shaoping y Pu Zhiqiang, dijeron que «ahora mismo ninguna persona puede contactar con Liu Xiaobo. Tendrá que esperar a la visita mensual de su esposa».

El premio desató una ola de solidaridad mundial exigiendo la excarcelación de Liu Xiaobo. Barack Obama, que obtuvo la distinción el año pasado, saludó el galardón y llamó al Gobierno chino a liberarlo, lo mismo que hicieron los Ejecutivos de Francia, Alemania, el Reino Unido, España, Taiwán, varias oenegés y el Dalái Lama.