El pulso entre Gobierno y oposición eleva la tensión política en Portugal
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INTERNACIONAL
Sócrates trata de conseguir la abstención del PSD para sacar adelante los presupuestos generales
30 oct 2010 . Actualizado a las 02:31 h.En el plazo de cinco días, Portugal entrará en una de las crisis políticas más notables de su reciente historia o, por el contrario, su Gobierno logrará imponer al país uno de los marcos económicos más restrictivos de las últimas décadas. El Ejecutivo de José Sócrates y el principal partido de la oposición, el conservador Partido Social Demócrata, mantienen en medio de ese escenario un duro pulso con el que los socialistas tratan de conseguir la abstención del PSD para conseguir aprobar los presupuestos generales del 2011, y la oposición, obligar a cambiar parte de las cuentas públicas a cambio de viabilizarlas.
Pedro Passos Coelho, líder socialdemócrata, reclamó al Gobierno ampliar en 450 millones de euros el recorte previsto en el gasto público para el 2011. El Ejecutivo ve imposible limar todavía más sus presupuestos, pero tras un amago de ruptura de las conversaciones por parte del PSD, los socialistas anunciaron ayer su disposición a retomar las conversaciones hasta el mismo día 3, en el que se debaten en la Asamblea de la República los presupuestos.
El PSD, que en sondeos realizados esta semana roza ya el 44% en la intención de voto en el país, frente a poco más del 23% por parte del Partido Socialista, trata en todo caso de no aparecer ante la opinión pública como una mera correa de transmisión de las necesidades del Gobierno, al que ya apoyó este año evitando que prosperase una moción de censura contra Sócrates por parte de los partidos del ala más izquierdista de la Cámara, y después salvó también al Ejecutivo en la implantación de los peajes en las autovías del país hasta ahora gratuitas.
Fuentes socialistas creen que el PSD está tratando de vender cara ante la ciudadanía su abstención para permitir la aprobación de los presupuestos, sobre todo después de haber recibido el apoyo de los líderes conservadores europeos, de los principales banqueros lusos, del propio Fondo Monetario Internacional, y de Durão Barroso y el presidente Aníbal Cavaco Silva, que como el anterior militan en el PSD. Incluso Cavaco convocó ayer por la vía de urgencia al Consejo de Estado para tratar de consensuar una postura de llamamiento a la cordura para sacar al país de la crisis económica y evitar en lo posible otra política social, que se verá adornada además el 24 de noviembre con una huelga general.
Si el Gobierno no logra finalmente aprobar las cuentas del 2011, con las que Portugal trata de cumplir la reducción de su déficit como impone la UE, las finanzas públicas lusas corren el riesgo de ser intervenidas por el FMI, lo que en la práctica significaría un esfuerzo mucho mayor que el que ha dibujado Sócrates, que ya ha advertido reiteradamente que dimitirá el mismo 3 de noviembre si su propuesta de presupuestos es rechazada.