Las autoridades chinas impidieron en los últimos días la salida de artistas, intelectuales y opositores del régimen, en una medida que es vista como una forma de evitar que participen en la entrega del Nobel de la Paz el próximo 10, en Oslo. El último afectado fue ayer el conocido artista Ai Weiwei, que tenía planeado viajar desde Pekín a Corea del Sur para después visitar Alemania, Ucrania y Dinamarca.
«Yo había pasado por la aduana cuando me retuvieron en la puerta de embarque», dijo Ai por vía telefónica. «Nunca me había pasado», agregó. La policía le dijo que su salida implicaría un «peligro para la seguridad nacional». Ai aseguró que no tenía intención de viajar a Oslo.
Otro disidente chino, el economista Mao Yushi, tampoco pudo abandonar China para ir a Singapur.