La oposición eleva la presión hoy con una huelga y una marcha masiva
01 feb 2011 . Actualizado a las 11:43 h.Una semana después de que decenas de miles de egipcios se echaran a las calles para exigir la salida del poder del presidente Hosni Mubarak, el Ejército considero legítimas las demandas del pueblo y anunció que no recurrirá a la fuerza contra él, un día antes de la «marcha de un millón» y una huelga general indefinida. Medidas de presión que los manifestantes convocaron tras hacer caso omiso a los gestos de apertura y al nuevo Gobierno de Mubarak. En un comunicado oficial y dirigiéndose al «gran pueblo de Egipto», el Ejército hizo su primera confirmación explícita de que no disparará contra los manifestantes. Los militares explicaron que la presencia de soldados en las calles es solo «para garantizar la seguridad del pueblo», y enfatizaron que «la libertad de expresión pacífica está garantizada para todos». También advirtieron que no permitirá que nadie se salte la ley y «aterrorice a los ciudadanos». Los Hermanos Musulmanes, el grupo opositor más influyente del país, llamaron a seguir con la revuelta hasta que caiga el régimen de Mubarak y anunciaron su rechazo total al nuevo Gobierno. La principal novedad del nuevo Gabinete es el reemplazo del ministro del Interior, Habib el Adli, denostado por los manifestantes, por el general Mahmud Wagdi, ex jefe de Instituciones Penitenciarias. Pero los participantes en las protestas dejaron claro que solo se darán por satisfechos cuando renuncie Mubarak y su régimen se derrumbe. El mandatario, de 82 años, había pedido el sábado a su nuevo primer ministro, Ahmed Shafiq, promover la democracia mediante el diálogo con la oposición. Anoche, el vicepresidente Omar Suleiman anunció en televisión que Mubarak le ha encargado entablar negociaciones con los partidos para reformar la Constitución. Estos gestos, posteriores a la brutal represión y a la instauración del toque de queda de horas (17 desde ayer), no han menguado las protestas. Decenas de miles de personas volvieron a concentrarse en la plaza Tahrir que enarbolaban pancartas con lemas como «Queremos la cabeza de Mubarak» o «Mubarak no te queremos». La plaza estaba rodeada por tanques y los militares controlaban la identidad de quienes querían acercarse, aunque sin impedirles el paso. Las fuerzas opositoras, nucleadas en una coalición que incluye desde sectores laicos hasta los islamistas Hermanos Musulmanes, pidieron el domingo al ex jefe de la agencia nuclear de la ONU y Nobel de la Paz Mohamed el Baradei, quien se ofreció a liderar un Gobierno de transición, que entable negociaciones con el régimen. Los bancos y la Bolsa egipcios seguían cerrados, por segunda jornada consecutiva. En las gasolineras faltaba carburante y los cajeros automáticos estaban vacíos. El barril de crudo subió ante el temor al cierre del estratégico canal de Suez.