Numerosas mujeres de los países árabes salieron a la calle ayer para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, exigir igualdad y paridad para crear las nuevas democracias.
En Túnez, el nuevo Gobierno de transición ha preparado un programa de apoyo a la mujer en el futuro democrático, anunció la ministra para la Mujer y la Familia, Lilia Labidi. Labidi añadió que su ministerio prepara iniciativas para que la futura Constitución democrática sea «igualitaria en lo que respecta a política de género».
En El Cairo, centenares de mujeres se concentraron en la plaza Tahrir para reclamar más protagonismo en el proceso de transición hacia un Egipto democrático. Hombres y mujeres respondieron a la convocatoria hecha en Facebook para participar en «La marcha de un millón de mujeres» con el fin de reclamar igualdad de derechos entre ambos sexos.
En un comunicado, los organizadores recordaron que durante la revolución «las mujeres hicieron de escudos humanos, formaron parte de los comités de defensa de los barrios y se enfrentaron a los matones de Hosni Mubarak». Una activista, Yasmin Jarifa, lamentó que, a pesar de que las mujeres participaron junto a los hombres en las manifestaciones contra Mubarak, ahora estén teniendo un papel secundario en el proceso de transición.
En Estambul, cientos de mujeres se manifestaron para reclamar más derechos sociales, laborales y denunciar la violencia machista, que provoca cientos de muertes cada año en el país eurasiático. Los casos de violencia en el ámbito doméstico son muy frecuentes en el sureste del país, donde las relaciones de carácter casi feudal son todavía las dominantes y las mujeres están obligadas a quitarse la vida para limpiar el honor de sus familias.
Aparece Buteflika
El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, reapareció ayer, tras varios meses sin hacer acto de presencia en un acontecimiento público, con motivo de la celebración del Día de la Mujer. Buteflika acudió al Palacio de las Naciones de la capital, en el que participaron parlamentarias y otras mujeres representantes de la sociedad civil. Mientras, en la calle las mujeres acudían con especial afluencia a los cafés, las pizzerías y a otros lugares públicos en los que se dieron cita en grupos para reunirse entre ellas.