Los analistas observan un movimiento de repliegue nacionalista en Europa
19 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El auge de los Verdaderos Finlandeses en las elecciones del domingo ilustra un avance generalizado de los partidos populistas y euroescépticos en la UE, desde Suecia a Francia, pasando por Austria.
El resultado que, según Jean-Dominique Giuliani, presidente de la Fundación Robert Schuman, se «inscribe en un movimiento de repliegue populista en Europa que afecta a todos, incluso a los países más ejemplares», ha dado ánimos a los líderes extremistas. Finlandia es «la prueba de que el euroescepticismo puede ganar y mucho», dice Nigel Farage, presidente del Partido por la Independencia de Gran Bretaña, integrante del grupo euroescéptico Europa, Libertad, Democracia, del Parlamento Europeo.
«Hay motivos para inquietarse», admite por su parte el ministro sueco de Relaciones Exteriores, el conservador Carl Bildt, exhortando al vencedor de las elecciones finlandesas, el pro europeo Jyrki Katainen, a no dejarse influir por los nacionalistas. También en ese país nórdico los Demócratas de Suecia ingresaron el año pasado en el Parlamento, tras cambiar sus uniformes paramilitares por una carrera política detrás de un joven líder carismático, Jimmie Aakesson.
En Francia, la nueva presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen, agita un programa antieuropeo y de retórica identitaria de cara a las elecciones presidenciales del 2012, mientras en Austria, el líder del Partido de la Libertad, Heinz-Christian Strache, entona raps de rechazo a la UE, y en Holanda Geert Wilders recibe apoyos para prohibir el Corán.
Pese a mostrarse convencido de que Finlandia se mantendrá fiel a los valores europeos, el presidente del Partido Popular Europeo, Wilfried Martens, abogó por «reflexionar sobre esta evolución política y examinar sus causas».
Ya dividida sobre la respuesta común que debe aportar a la inmigración que desembarca en los países sureños procedente de África del norte, Europa topa también con muchas dificultades a la hora de superar los egoísmos nacionales frente a la crisis del euro y las finanzas públicas.
«La idea del federalismo europeo era bella, yo mismo creí en ella. Pero es un hecho que el concepto de Estado nación ganó fuerza» en los últimos tiempos, afirma el ministro húngaro de Relaciones Exteriores, Janos Martonyi, en una entrevista con el diario alemán Die Welt. El partido de Martonyi, el Fidesz, recurre con frecuencia a la retórica nacionalista para competir con la extrema derecha en su país, conocida por sus diatribas contra los gitanos.