Strauss-Kahn se declara no culpable entre gritos de «violador»
INTERNACIONAL
Decenas de camareras de hotel increparon al exdirector del FMI
07 jun 2011 . Actualizado a las 11:38 h.Entre gritos de «violador» y del brazo de su mujer, Anne Sinclair, Dominique Strauss-Kahn llegó ayer a su segunda comparecencia ante el Tribunal Supremo de Justicia de Nueva York para responder a las acusaciones contra él sobre un supuesto delito de agresión sexual contra una camarera de hotel guineana cometido el pasado mes de mayo.
Dentro de la sala, tal y como se esperaba, el que fue director del Fondo Monetario Internacional se declaró no culpable de los siete delitos que se le imputan y fue informado por el juez de su próxima comparecencia ante el tribunal, el 18 de julio. Después de varios trámites será juzgado por un jurado popular.
Ahora se abre por lo tanto un proceso judicial en el que cómo jueguen sus cartas tanto la defensa como la acusación puede resultar determinante.
Algunos medios de comunicación han asegurado, por ejemplo, que la Fiscalía de Nueva York cuenta con pruebas concluyentes para condenar al político francés, entre ellas algunos restos de ADN que se hallaron en la habitación el hotel.
Sin embargo, según el sistema judicial estadounidense, los abogados de Strauss-Kahn no deberán demostrar su inocencia, sino tan solo sembrar la duda razonable en el jurado si quieren que su cliente salga libre. Para ello es probable que la defensa recurra a la estrategia de desacreditar a la víctima, para lo que ya habría contratado a varios investigadores privados.
De momento, son pocos los datos que se han filtrado sobre la mujer que interpuso la demanda, y que en estos momentos permanece oculta en algún lugar de la isla. Sí se sabe que se trata de una mujer de 32 años, de origen guineano y que es, además, madre de un niña adolescente.
La Fiscalía de Nueva York ha adelantado también que es probable que la presunta víctima, cuyo nombre en clave es Ophelia, declare en el juicio.
Ayer, decenas de trabajadoras del sindicato de camareras de hotel de Manhattan acudieron a las puertas del Tribunal Supremo de Nueva York para mostrar su solidaridad con esta mujer. «Si tocan a una es como si nos tocaran a todas», aseguró una de ellas, Graciela Pérez.