Los legendarios Guns N'Roses se unieron a bandas más recientes como System of a Down y Evanescence en la última jornada.
03 oct 2011 . Actualizado a las 15:40 h.Rock in Rio bajó hoy el telón en una noche de rock atronador en la que los legendarios Guns N'Roses se unieron a bandas más recientes como System of a Down y Evanescence, que pasaron como un terremoto por la edición carioca de este festival.
El grupo liderado por el estadounidense Axl Rose era el más aguardado y el encargado de ofrecer un desenlace apoteósico al festival, con un considerable retraso y bajo un aguacero torrencial.
Entre los casi cuarenta temas que componían el repertorio anunciado para esta noche, Guns N'Roses incluyó canciones clásicas como «Sweet Child of Mine» o «Welcome to the Jungle», que ya había tocado en su primera participación en Rock in Rio de Río de Janeiro en 1991, hace veinte años.
Axl Rose, acompañado ahora de una banda diferente, en la que no sigue ningún otro de sus integrantes originales, también incluyó en su lista otros éxitos grabados después de su primer paso por el festival como «Knocking on Heaven's Door», o la más reciente «Chinese Democracy».
Antes elevaron los decibelios los estadounidenses System of a Down, que protagonizaron la actuación más contundente de la noche, con su metal desnudo y ensordecedor que llevó a la locura a los cerca de 100.000 espectadores, en su mayoría uniformados de negro, y que saltaron con desenfreno al ritmo de la batería ensordecedora.
Éxitos como «Toxicity», «Prison song», «Holy mountain», «Psycho» y «Lost in Hollywood», las dos últimas críticas a las celebridades rockeras y del mundo del cine, formaron parte del espectáculo de la banda de Serj Tankian, que aprovechó para hacer un discurso contra las guerras, en defensa de la naturaleza y de los pueblos indígenas.
Evanescence también encantó a la multitud con su rock sinfónico, dotado de un tono entre melancólico y atormentado, que desciende a lo más lúgubre con los pesados acordes de la batería acompañada de la voz delicada y profunda de Amy Lee.
La cantante también tocó sus baladas más famosas en el piano y arrebató con la interpretación poderosa de su célebre «Bring me to life», canción con la que cerró una hora de música y que fue coreada por todo el público.
El terreno era propicio para esta banda famosa por su estética gótica, con dignos teloneros como los grupos brasileños Pitty y Detonautas, que también son del agrado de las nuevas generaciones de rockeros de este país, y que hoy calentaron a la audiencia con sendas actuaciones llenas de energía y muy participativas.
Pitty concluyó su presentación con un tributo a Nirvana, tocando unos acordes de «Smells like teen spirit», con una dosis extra de batería, para el deleite de un público por lo general más juvenil que el que acudió al «día del metal» del domingo de la semana pasada.
Detonautas, conocido por sus letras contestatarias, jaleó a los brasileños para que se movilicen contra la corrupción, para lo que el vocalista Tico Santa Cruz se puso una máscara del filme «V for Vendetta», que se ha convertido en los últimos tiempos en un símbolo de las marchas ciudadanas contra los recortes sociales.
La última jornada del festival se dedicó al rock casi por exclusiva y contó también con otros nombres consagrados en Brasil como Titãs y Mutantes, que tocaron en el escenario Sunset.
Los españoles The Monomes fueron los encargados de abrir los conciertos en el Sunset, que compartieron con el cantante portugués David Fonseca al inicio de la tarde.
Para aquellos con ganas de fiesta y con un gusto más ecléctico, el festival les permite continuar hasta el amanecer del lunes bailando al ritmo de la música electrónica de «djs» como Dimitri From Paris, o la cantante española Nalaya Brown, diva de las discotecas de Ibiza.
Rock in Rio, que este año se ha prolongado siete días divididos en dos semanas, volverá el año que viene a Lisboa y Madrid y tendrá una nueva edición en Río de Janeiro un año después, según confirmaron hoy los organizadores.